Los gobiernos influyen más en la pérdida de especies que el cambio climático

- Segun un estudio con 2,4 millones de registros de 461 especies de aves acuaticas desde 1990

MADRID
SERVIMEDIA

La inestabilidad política y los bajos niveles de gobernanza nacional influyen más en la pérdida de especies que el cambio económico, el crecimiento económico e incluso el aumento de la población humana, según un estudio sobre cambios en la vida silvestre mundial desde 1990.

El estudio fue realizado por investigadores de Argentina, Estados Unidos, Países Bajos y Reino Unido, y está publicado en la revista ‘Nature’. El trabajo señala que los espacios protegidos mantienen la diversidad de la vida silvestre, pero sólo cuando están en países que son razonablemente estables desde el punto de vista político y con sólidas estructuras legales y sociales.

Para llevar a cabo la investigación, dirigida por la Universidad de Cambridge (Reino Unido), los científicos analizaron más de 2,4 millones de registros anuales de 461 especies de aves acuáticas en casi 26.000 sitios diferentes de todo el mundo desde 1990, puesto que los humedales se encuentran entre los más diversos y de los que están en mayor peligro en la Tierra.

Los investigadores utilizaron este gran conjunto de datos para modelar cambios de especies localizadas en naciones y regiones, y compararon sus resultados con indicadores mundiales de gobernabilidad como las tasas de violencia, la corrupción política, el Estado de Derecho y el PIB.

Hallaron que el declive de las aves acuáticas es mayor en las regiones del mundo donde la gobernanza es menos efectiva, como Asia occidental y central, América del Sur y África subsahariana, en tanto que observaron cuotas globales más saludables de especies en la Europa continental.

Ésta es la primera vez que la eficacia de la gobernanza nacional y los niveles de estabilidad sociopolítica se han identificado como el indicador mundial más importante de la biodiversidad y la pérdida de especies.

"Aunque la cobertura global de las áreas protegidas continúa aumentando, nuestros hallazgos sugieren que una gobernanza ineficaz podría socavar los beneficios de estos esfuerzos de conservación de la biodiversidad", apunta Tatsuya Amano, del Departamento de Zoología y el Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge.

‘CRISIS DE LA BIODIVERSIDAD’

Amano trabajó con colegas de su universidad, así como de la de Bath (Reino Unido) y Santa Clara (Estados Unidos), y las organizaciones conservacionistas Weatlands International y National Audubon Society.

Los autores indican que la falta de datos sobre los cambios en el mundo natural limita la comprensión de la ‘crisis de la biodiversidad’, pero apuntan que hay ventajas en medir estos patrones a través de las aves acuáticas, que son un grupo diverso de animales, desde patos y garzas hasta flamencos y pelícanos, cuyos hábitas de humedales cubren alrededor de 1.300 millones de hectáreas del planeta, desde la costa hasta los ríos e incluso las tierras altas, y proporcionan servicios sistémicos cruciales. Pero los humedales se han degradado más que cualquier otra forma de ecosistema.

Además, las aves acuáticas tienen una larga historia de seguimiento. El censo global anual de Wetlands International ha involucrado a más de 15.000 voluntarios en los últimos 50 años y el recuento anual de aves en Navidad de la National Audubon Society data de 1900.

En comparación con todos los impactos antropogénicos provcados por los investigadores (entre ellos, el cambio climático), la gobernanza nacional fue la más significativa en sus impactos sobre las especies.

Además, el estudio relaciona la biodiversidad y la velocidad del crecimiento del PIB, de manera que cuanto más crece éste, mayor es la pérdida de especies de aves acuáticas.

El peor lugar del planeta es América del Sur, con una pérdida anual del 0,95% de especies acuáticas, lo que equivale a un declive de un 21% en 25 años, aunque también hay una disminución severa de especies en áreas del interior de Asia occidental y central.

Los investigadores señalan que la mala gestión del agua y la construcción de presas en partes de Asia y América del Sur han causado que los humedales se sequen permanentemente en países como Irán y Argentina, incluso en áreas designadas como protegidas.

Las regulaciones sobre la caza también pueden explicar la pérdida de especies bajo un gobierno ineficaz. "La inestabilidad política puede debilitar la aplicación de la ley y, en consecuencia, promover asesinatos inadecuados, a menudo ilegales e incluso en áreas protegidas", concluye Amano.

(SERVIMEDIA)
24 Dic 2017
MGR/gja