El último primate europeo del Mioceno se extinguió por las faunas invasoras

MADRID
SERVIMEDIA

La extinción de ‘Oreopithecus bambolii’, el último hominoideo europeo del Mioceno, se produjo por la irrupción de nuevas especies continentales que compitieron y depredaron sobre él y no tanto por la inestabilidad en el clima, que no fue suficiente para provocar su desaparición.

Así se recoge en un estudio publicado en la revista ‘Journal of Human Evolution’ y realizado por los paleontólogos Daniel DeMiguel (Universidad de Zaragoza, Fundación Araid y asociado al Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont) y Lorenzo Rook (Universidad de Florencia).

‘Oreopithecus bambolii’ es un primate hominoideo, el grupo al que pertenecen los actuales grandes antropomorfos como los gorilas, chimpancés, orangutanes y humanos, y que incluye otras especies de pequeño tamaño de la familia de los hilobátidos (representados por los gibones y siamangs del sureste asiático).

Esta especie vivió hace entre 8,2 y 6,7 millones de años en una zona que actualmente forma parte de la Toscana y la Cerdeña (Italia). El esqueleto más completo fue descubierto en 1958 en una mina de carbón y corresponde a un joven adulto macho de unos 30 kilos conocido con el apodo de ‘Sandrone’.

La extinción del ‘Oreopithecus’ ha sido un tema bastante controvertido entre la comunidad científica en las últimas décadas. Un aspecto de esta especie que siempre ha sorprendido a los paleontólogos es que desapareció más tarde que el resto de hominoideos euroasiáticos, entre los que se incluyen las especies recuperadas en la Cuenca del Vallès-Penedès (Cataluña), representados por especies como ‘Pierolapithecus catalaunicus’ (con un individuo conocido como ‘Pau’) o ‘Pliobates cataloniae’ (‘Laia’), que se extinguieron hace unos 10 millones de años. Una posible explicación a la supervivencia de ‘Oreopithecus’ habría sido su condición de especie insular, ya que durante el Mioceno esta zona no estaba conectada al continente.

RECAMBIOS DE FAUNA

El nuevo artículo rebate la teoría de que la extinción de ‘Oreopithecus’ se debió a un cambio climático, como proponían otros autores. “Si bien es cierto que hemos detectado una cierta inestabilidad en el clima durante la época y en la región en que vivió este primate, creemos que era una especie bastante flexible en cuanto a sus requerimientos ecológicos, lo cual le favoreció para sobrevivir”, explica DeMiguel.

‘Oreopithecus’ tenía una dieta mixta a base de frutas y otros elementos y, aunque la disponibilidad de sus alimentos preferidos se hubiese reducido a causa de una variación en las condiciones ambientales, se habría adaptado a comer frutas de otras especies vegetales.

Por ello, DeMiguel y Rook barajan una hipótesis alternativa. Tras estudiar las faunas de mamíferos herbívoros que había antes y después de su extinción concluyen que su desaparición obedeció a otros motivos. “Observamos que se produjo un recambio de faunas importante en ese período, probablemente debido a nuevas especies que llegaron a esa zona cuando la isla quedó conectada geológicamente al continente”, afirma DeMiguel.

Estas nuevas especies invasoras habrían competido por los recursos alimentarios con ‘Oreopithecus’ y, en algunos casos, incluso depredado sobre él. Las nuevas faunas incluyen otra especie de primate (‘Mesopithecus’) y de un tigre dientes de sable (‘Machairodus’).

A lo largo del registro fósil existen numerosos ejemplos de situaciones parecidas a la que vivió ‘Oreopithecus’. La irrupción de nuevas especies en un ecosistema modifica las relaciones tróficas hasta tal punto que determinadas especies mejor adaptadas sustituyen a las que había. En el caso de especies insulares, la sensibilidad a este tipo de cambios suele ser incluso mayor que en las especies continentales.

(SERVIMEDIA)
03 Ene 2018
MGR/caa