"Que nadie se preocupe, que habrá gobierno", aseguró en los pasillos del Congreso de los Diputados. Las tensiones entre ERC y Junts per Catalunya, dijo, simplemente "denotan cómo es de complejo todo lo que tenemos entre manos".

Prueba de esa complejidad, destacó, es que varios dirigentes de ERC estuvieron este miércoles en el Tribunal Supremo apoyando a Mireia Boya en su declaración ante el juez recordando que algunos compañeros llevan más de cien días en prisión preventiva.

En su opinión, sería "una vergüenza, inadmisible", y la ciudadanía catalana "seguro que nos castigaría" a todos los independentistas si no fueran capaces de convertir esa victoria electoral en un gobierno "efectivo que gobierne en Cataluña y que permita que nos gobernemos aquellos que hemos ganado las elecciones y no aquellos que obtuvieron cuatro diputados".