Día de la Mujer

Carmena omite la huelga en el acto municipal y rechaza imitar a los hombres en la lucha por la igualdad de oportunidades

MADRID
SERVIMEDIA

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, advirtió este miércoles de que ciertas feministas están “confundiendo la igualdad de oportunidades y la igualdad de los modelos”, y apostó por introducir en la vida pública lo que ella entiende como “la forma de ser de las mujeres”, los cuidados, la empatía y las emociones. “Si no somos capaces de demostrar que somos de otra manera, no avanzaremos”, sentenció en el acto institucional del Ayuntamiento por el Día Internacional de la Mujer con una intervención en la que no hizo ninguna referencia a la huelga feminista de mañana.

Carmena denunció “los nuevos anacronismos encaminados a apartar de la sociedad lo que no es el rendimiento bruto económico”, que han hecho que “la cultura de las mujeres, la manera de ser de las mujeres, el género, hayan quedado en lugar de inferioridad permanentemente”.

La alcaldesa recordó que, en la Transición, una asociación de amas de casa pidió que se les diera un sueldo para seguir ejerciendo de tales, cuando de lo que se trata es de que todos los individuos tengan las mismas oportunidades, y diagnosticó que “ahí empezaron a enturbiarse algunas de las alternativas feministas que nos llevan hoy a confusión”, la de que se esté “confundiendo igualdad de oportunidades e igualdad de los modelos”.

Carmena considera que no es lo mismo ser juez o político que jueza o política, porque “la cultura de las mujeres incorpora que la empatía, la emoción, el cuidado, tienen que estar en política”, y “hay que tener tiempo para cuidar a los niños, cultivar la familia, cocinar”, en paridad con cualquier profesión.

Así, rechazó que la imagen de la mujer profesional tenga que ser dura o adusta; sobre todo las que trabajan en tareas “enraizadas en la concepción masculina del poder”, y declaró: “Me niego a aceptar el modelo del autoritarismo, de la rigidez, de la violencia”, porque la diferencia entre los sexos se limita a la mayor fuerza física de los hombres, y de ahí que el predominio masculino haya deparado que la Historia de la humanidad sea “una historia de violencia”.

La alcaldesa advirtió de que “la violencia no es rentable”, sino que hace más difícil la convivencia, y en su lugar reivindicó “los valores de la antiviolencia”, que “están en la cultura de las mujeres”, siempre a favor de la vida y contra las guerras. Por eso, defendió “la igualdad de oportunidades, pero no la igualdad de modelos”, e “incorporar un modelo social que lo conformen los cuidados y la empatía”, el femenino, que “no es sólo biología sin más, sino también cultura”.

“Muchas mujeres siguen los modelos masculinos. Jamás iremos por buen camino si hacemos lo que hacen ellos”, avisó, antes de concluir: “Podemos ponernos el delantal y luego darle la vuelta y convertirlo en capa de superwoman”.

PORTAVOCES MUNICIPALES

El acto lo abrió la portavoz del Gobierno municipal y de Ahora Madrid, Rita Maestre, quien lucía una camiseta con la leyenda ‘girl power’ y que sí se refirió a la huelga de mañana como “u día que va a ser histórico para las mujeres, para el país y para la libertad”.

Maestre leyó la declaración institucional aprobada en el Pleno de febrero por unanimidad, ya que omitió la huelga, que no comparten PP y Ciudadanos, y se centró en denunciar aspectos como la brecha salarial, el techo de cristal, el más difícil acceso al mercado laboral, que el legado de las mujeres no está igual de reconocido que el de los hombres y que los cuidados recaen muy mayoritariamente sobre las mujeres, así como las agresiones sexuales y la violencia de género, sobre los cuales todos los grupos están de acuerdo.

La portavoz de Derechos Sociales del PP, Beatriz Elorriaga, quiso poner el acento en los acuerdos y confió en que en los temas en que no se ha alcanzado un consenso “a la larga se conseguirá”. Subrayó que “se han conseguido muchas cosas pero falta esa igualdad real” y llamó a priorizar la educación, la igualdad de oportunidades y la conciliación de la vida laboral y familiar, así como la prevención de la violencia de género.

La portavoz de Ciudadanos, Begoña Villacís, en la misma línea, dijo que “no hay mujer que no se sienta reflejada” en la declaración institucional, asumió como una responsabilidad con sus hijas seguir avanzando en la igualdad, “a través de la herramienta que se quiera, huelga o reivindicación, para dinamitar las barreras que tenemos que dinamitar”.

La del PSOE, Purificación Causapié, sí quiso explícitamente argumentar “por qué hay que secundar la huelga”: porque es una huelga internacional que busca que los gobiernos tomen medidas por la igualdad real, porque sólo el 22% de los alcaldes españoles son mujeres, porque la discriminación afecta a todas las mujeres independientemente de su edad, etnia o clase social y porque “no hay lucha más justa que la que pretende combatir la discriminación de más de la mitad del mundo”. Por último, llamó la atención sobre el hecho de que las mujeres se encargan de los cuidados que hurta la no aplicación de la Ley de Dependencia o las carencias del Estado de Bienestar, y, si ellas paran, “el mundo se para”.

La delegada de Políticas de Género y Diversidad, Celia Mayer, subrayó que “no hay un solo tipo de mujer”, pero denunció la discriminación y desigualdad en el empleo, en los salarios, la precariedad de los sectores profesionales más feminizabdos, la violencia sexual y lo micromachismos, que el cuidado recaiga sobre las mujeres y no se contabilice, la distribución desigual de tareas y que no sean soberanas de sus cuerpos, y también aventuró que la de mañana será “una jornada histórica”.

Con todo, la intervención más ovacionada fue la de la galardonada este año con el Premio Clara Campoamor, la médico y escritora María Ángeles Durán Heras (la directora y actriz de cine Leticia Dolera recibió una mención honorífica, pero no pudo asistir y envió un vídeo de agradecimiento en el que emplazó a acudir a las manifestaciones de mañana), pionera en analizar y cuantificar el trabajo de las mujeres en cuidados no remunerados.

Durán Heras se declaró a favor de los cambios para feminizar el lenguaje, porque éste es una manifestación más de la vida social”, que tiene que ir normalizando expresiones que al principio suenan raras, y cifró en 47 minutos al día los que una mujer trabaja más que un hombre contando las tareas domésticas, lo que equivale a 286 horas al año. Además, alertó del peligro de que se cree u na nueva clase social que llamó el “cuidatoriado” por analogía con el proletariado, compuesto casi exclusivamente por mujeres que, supliendo al Estado, evitan que los impuestos tengan que subir hasta el 70% porque lo hacen gratis. A ellas quiso dedicar el premio.

(SERVIMEDIA)
07 Mar 2018
KRT/gja