Los humanos comen tres de cada cuatro frutas que tomaba la megafauna extinta en América

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Aproximadamente tres cuartas partes de las especies frutales del continente americano dispersadas por la megafauna herbívora ya extinta (perezosos gigantes, armadillos gigantes y mastodontes, entre otros) fueron añadidas por los humanos a su dieta hace unos 12.000 años.
Así lo asegura un equipo internacional de seis investigadores, entre ellos los españoles Nerea Larrañaga e Iñaki Hormaza (del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora, perteneciente al CSIC), en un estudio publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.
La megafauna en América se extinguió hace unos 12.000 años, principalmente por la colonización del continente que comenzó a hacer el ser humano. Esos animales dispersaban de manera natural muchas de las especies frutales y con su desaparición se corría el riesgo de que muchas de ellas desapareciesen.
Sin embargo, los investigadores, que analizaron una base de datos de la distribución de 130 especies frutales (como el cacao, el anacardo, el chipozapote, la piña o especies cercanas al chirimoyo), aseguran que los seres humanos revirtieron la extinción de muchas de esas especies vegetales al incorporarlas a su dieta.
“A través de distintos análisis estadísticos hemos estudiado la distribución de distintas especies frutales en función de si han sido utilizadas o no por los seres humanos desde que se extinguió la megafauna”, señala Hormaza.
FINES COMERCIALES
El estudio demuestra que las culturas americanas utilizaron gran diversidad de frutales. De hecho, tres de cada cuatro especies dispersadas por la megafauna fueron utilizadas por los habitantes americanos en tiempos precolombinos.
Sin embargo, los investigadores indican que en los últimos años se está produciendo un incremento del cultivo de determinadas especies con fines comerciales, lo que puede llevar a la pérdida de una diversidad generada durante miles de años.
“Este hecho se ve agravado por las predicciones de cambio climático para la región. Por eso, hay que tomar medidas urgentes tanto para conservar los recursos genéticos existentes en especies infrautilizadas como para recuperar como alimento y otros usos especies que se utilizaban en la antigüedad y que prácticamente son desconocidas para gran parte de la sociedad en la actualidad”, concluye Hormaza.
(SERVIMEDIA)
14 Mar 2018
MGR/caa