Esta organización médico-humanitaria informó este martes de que los bombardeos se lanzaron en la mañana de este lunes y llegaron a una zona cercana a un hotel, farmacias, un banco y tiendas.

“Civiles, incluidos niños, fueron asesinados y mutilados porque estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado”, dijo João Martins, jefe de misión de MSF en Yemen, quien añadió: “Nadie debería vivir con miedo a ser bombardeado en su vida cotidiana, pero, una vez más, vemos a víctimas civiles de ataques aéreos luchando por vivir en los hospitales”.

Un equipo médico de MSF que estaba visitando uno de los hospitales en el momento del ataque explicó que los bombardeos ocurrieron en un breve intervalo. Las víctimas fueron transportadas inmediatamente a hospitales cercanos, incluidos Al-Gomhoury y Al-Thawra, ambos apoyados por MSF.

De acuerdo con informes médicos, hay heridas moderadas y críticas a causa de metralla. Un niño figura entre los fallecidos y tres menores más entre los heridos.

“Algunos de los heridos llegaron en ambulancia, otros en motocicleta”, dijo el doctor Abdulfatah Al-Alimi, coordinador médico de MSF en Saná, que acudió al hospital de Al-Gomhoury poco después del primer bombardeo y que añadió: “Algunos de los pacientes sufrían traumatismos craneales. Otros tenían heridas de metralla en sus piernas. Había todo tipo de heridas. Vi a una chica joven intentando entrar en la sala de urgencias; no sabía si encontraría a su padre vivo o muerto”.

MATERIAL MÉDICO AGOTADO

Ambos hospitales tenían suministros provistos por MSF. Sin embargo, mientras los médicos atendían el flujo de heridos, el material se agotó rápidamente. Médicos Sin Fronteras envió suministros adicionales a las dos instalaciones y un psicólogo para ofrecer apoyo en salud mental a los pacientes y sus familias en el hospital de Al-Gomhoury.

Los heridos estaban enfrascados en su rutina diaria en el momento del ataque. Por ejemplo, Shehab, una estudiante de 17 años, caminaba a casa desde el instituto, justo después de haber acabado su examen. Sufrió una gran pérdida de sangre. Akram, un barrendero de 19 años, sufrió heridas en su cabeza. Dawood, un hombre, estaba comprando medicamentos en una farmacia local cuando fue herido por el ataque. Y Hussein, un trabajador de un café de 30 años, recibió heridas de metrallas en su cabeza, mano y espalda.

El personal médico de los dos hospitales todavía seguía tratando pacientes heridos por el ataque en la mañana de este martes. “Cuando ocurren este tipo de ataques con múltiples víctimas, se pone en relieve la fragilidad del sistema de salud de Yemen hoy en día y su crucial importancia para los civiles atrapados en este conflicto”, afirmó Al-Alimi.