Fernández llegó a las 13 horas al palacio presidencial donde Sánchez, como a todos los presidentes autonómicos, lo esperaba en lo alto de la escalinata. Lo recibió con un "qué tal Javier" que fue respondido por el presidente asturiano dándole la mano. Tras indicar el jefe del Ejecutivo al asturiano dónde debía colocarse, Sánchez y Fernández posaron con un gesto serio ante los medios gráficos.

Un encuentro frío y protocolario en el exterior que también se trasladó a la sala donde posteriormente se celebra la reunión, donde se percibía la tensión de dos personas que han tenido muchas diferencias en el pasado. Apenas han estado próximos y ambos se sentaron inmediatamente en los sofás.

La fría relación es fruto del pasado enfrenteamiento entre ambos por cuestiones del partido, a lo que se suma que Fernández y Sánchez no se veían en persona desde que el hoy presidente del Gobierno dimitió como líder del PSOE en octubre de 2016.

Entonces, Fernández asumió la Presidencia de la Comisión Gestora que dirigió al PSOE durante la profunda crisis interna que concluyó con la celebración de unas primarias.

Cuando Sánchez volvió a Ferraz tras ganar las primarias en mayo de 2017, Fernández, que era presidente de la Gestora, no le saludó en ningún momento ni se reunió con él. De hecho, tampoco hizo balance de su gestión ni discurso político en el 39 Congreso federal en el que se aprobó la nueva dirección del PSOE bajo el liderazgo de Sánchez.

Fernández no ha participado en ninguna reunión federal del partido pese a que era líder de la Federación Asturiana y presidente autonómico.