Así se manifestó Argüello, también obispo auxiliar de Valladolid, en la rueda de prensa en la que resumió los temas tratados en la 112ª Asamblea Plenaria que ha congregado a los obispos españoles esta semana en Madrid.

“Nosotros también nos hacemos eco de lo que decíamos antes, queremos diálogo y pacto educativo”, dijo, en la antesala del encuentro que el presidente del Episcopado, Ricardo Blázquez, mantendrá en unos días con la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá.

En ese encuentro, los prelados presentarán sus demandas sobre la clase de Religión, la concertada, y un “abanico más amplio” para dar mayor importancia a las Humanidades “en este mundo tecnológico”. En concreto, recalcó que “estudiar la Religión es algo de verdadera importancia en una formación humanista”, reclamando un mayor estatus para esa materia que, desde la perspectiva de los obispos “seguramente ayude a educar a los ciudadanos de nuestra nación”.

“No nos preocupa sólo la clase de Religión y la escuela concertada”, agregó, refiriéndose a toda la “dimensión” de la educación. “También lo que ocurre en la escuela pública”, advirtió.

En este contexto, reclamó que la “antropología” católica se respete en el ámbito educativo. “Si hemos de aceptar unas comprensiones antropológicas plurales, parece también claro el derecho de las propias familias” en “qué tipo de persona quieren formar”.

También puso en valor la aportación de la Iglesia al sistema educativo, pues los conciertos no contemplarían los centros que “pone” la Iglesia, con los gastos derivados de la construcción de esas instalaciones y su mantenimiento.

ABUSOS

Argüello también se refirió a otros asuntos que han ocupado a los obispos estos días y destacó, entre ellos, la renovación de los protocolos de la Iglesia española ante los abusos por parte de sacerdotes. Este tema también ha afectado al plan de formación de los seminarios mayores en que trabaja el Episcopado, donde ya estaba contemplada la “dimensión humana” y la “educación afectivo-sexual”. “Ahora hay un subrayado especial para la admisión de candidatos y preparación de los seminaristas”, dijo, algo que también afectaría a la formación que también siguen los sacerdotes.

Argüello y el vicesecretario de asuntos económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal, insistieron en que la Iglesia, como “otras entidades” dependen de la Ley de Mecenazgo, que considera la excepción del IBI a cambio de “lo que están aportando a la sociedad”.

“Es un problema del legislador comprobar si ese esfuerzo que hacemos los ciudadanos realmente se está aprovechando por la colectividad, por el conjunto de la sociedad. Si es así continuará la ley”, añadió el experto en temas económicos.

Los obispos también han trabajado estos días en un documento que afectará a los 800 monasterios de vida contemplativa que hay en España y otro para reformar la propia CEE, siguiendo los pasos de la reforma de la curia emprendida por el papa Francisco.

PRESUPUESTO

En cuanto a las cuentas, los obispos manejan estimación para 2019 (a falta de los datos de la declaración de la renta) es de 256 millones de euros, más 15 millones de aportación por las diócesis.

La mayor parte del presupuesto se deriva a las diócesis, más de 220 millones. Giménez Barriocanal destacó el crecimiento “relevante” que tiene el apartado derivado a los sueldos de los sacerdotes, provocado por el aumento del salario mínimo profesional, que pasa de 17,8 a 19 millones en el capítulo de Seguridad Social del clero y prestaciones de los obispos, aunque éstos se congelan su retribución y han decidido aumentar la partida que destinan específicamente a Cáritas hasta los 6,3 millones (la ONG católica recibe fondos de otras partidas eclesiales).