Diálogo social
Patronal y sindicatos resaltan el papel del diálogo social y de la formación para el trabajo del futuro
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Los representantes de la patronal y de los principales sindicatos resaltaron este martes el papel del diálogo social como marco en el que avanzar mediante el consenso sobre los desafíos de las relaciones laborales del futuro.
Durante la presentación del informe ‘El futuro del trabajo’, elaborado por el Consejo Económico y Social (CES), intervinieron en este sentido el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, y los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo.
En su intervención, Garamendi destacó el papel de la sociedad civil y el sentido de Estado demostrado tanto por sindicatos como por las patronales y señaló como “tendencias imparables” en el ámbito laboral de “los avances tecnológicos, la globalización, la eliminación de fronteras, la digitalización, la robotización y la innovación”.
En este sentido, se mostró favorable al progreso y bienestar que supone la introducción de tecnologías para sustituir a personas y animales, y aseguró que “lo que pueda robotizarse se va a robotizar”. Además, también apuntó que “las nuevas tecnologías van a facilitar el teletrabajo” y que ya existe una “tendencia creciente hacia la flexibilidad”.
Por otro lado, afirmó que “las empresas solo podrán competir sobre la base de ser más productivas y eficientes” y que “la tecnología va a cambiar continuamente”, por lo que resaltó la importancia de mejorar la cualificación de los trabajadores”.
ÁLVAREZ
Por su parte, el secretario general de UGT también subrayó la relevancia del diálogo bipartito entre patronal y sindicatos al considerar que “es el que da estabilidad y el que genera sistemas productivos con idea de perpetuarse en el futuro, con calidad, y que aborda los temas con una perspectiva muy amplia”.
En este sentido, emplazó a la patronal a retomar temas que han quedado abiertos, destacando la redacción de un nuevo Estatuto de los Trabajadores, ya que el actual está cerca de los 40 años de vigencia.
Sobre el futuro del trabajo y los cambios introducidos por las tecnologías, Álvarez aseguró que “quién no va a estar a favor del progreso de la humanidad”, pero advirtió de que “nos jugamos el modelo de sociedad y la sociedad no puede ser espectadora y dejar en manos de multinacionales y poderes que no emanan de la sociedad el futuro del desarrollo de la sociedad”, sino que “tenemos que ser protagonistas sobre cuál es el modelo de sociedad que queremos”.
Así, mencionó la importancia de abordar “cómo repartimos la nueva riqueza y el aumento de la productividad” que conllevan las nuevas tecnologías, señalando que debe realizarse mediante impuestos. Sin embargo, denunció que “los instrumentos que tenemos son menores que los que hemos tenido nunca”, porque “las transnacionales y los acuerdos de comercio internacionales dan muchas más posibilidades para que los impuestos no sean la forma de reparto del aumento de productividad”.
En la misma línea, también denunció que otra forma posible de reparto de dicho aumento de la riqueza sean los salarios, pero que “va en dirección contraria a lo que deberia representar el aumento de la productividad”. Además, afirmó que en el futuro el reparto de ocho horas para descanso, ocho para trabajar y ocho para ocio deberá destinar parte del tiempo de trabajo para dedicarlo a formación, subrayando la necesidad de que en el futuro se invierta en formación continua a lo largo de toda la vida.
SORDO
Por último, Unai Sordo aseguró que “el futuro del trabajo no está escrito”, al considerar que se trata de “decisiones políticas” y destacando que “el trabajo, por mucho que cambie, sigue siendo una institución social, no un ‘input’ económico y productivo”, por lo que “debe regularse bajo el paradigma del derecho laboral y de las relaciones sociales”.
Por ello, al igual que Álvarez, también incidió en el debate de “cómo se disputan las mejoras de productividad”. “El gran reto no es adivinar el futuro, sino cómo se gobiernan las transiciones de empleo, si se van a cogobernar o se van a dar de una forma aleatoria, anárquica, neoliberal, o si se van a dar por una relación de fuerzas entre la empresa y los trabajadores”, declaró.
Asimismo, apuntó la necesidad de “un marco de diálogo social estructurado que analice los cambios que van a venir, cómo afectan a las empresas y cómo se afrontan”, así como la correcta adecuación de las competencias de los trabajadores.
En este sentido, apostó por exigir políticas públicas “desde la proactividad” para cambiar el modelo productivo y puso a Alemania como ejemplo de país que diseña cómo quiere ser en el futuro. Además, criticó que en España “la desregulación y la flexibilización mal entendidas son la regla” y apostó por luchar contra la desigualdad social.
Sobre este punto, indicó que actualmente en España se producen más bienes y servicios que antes de la crisis y que se ha producido una mejora tanto en los márgenes empresariales como en los dividendos de los accionistas, y que sin embargo esa mejora no llega a los trabajadores, por lo que insistió en la importancia de la labor de los agentes sociales.
(SERVIMEDIA)
11 Dic 2018
IPS/caa