Salud

Casi el 8% de los niños presentan ronquido primario durante el sueño y cerca del 4% apneas o hipoapneas del sueño

Madrid
SERVIMEDIA

El 7,4% de los niños presenta ronquido primario durante el sueño y entre el 2% y el 4%, síndrome de apneas o hipoapneas obstructivas del sueño (SAHS), lo que, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), obliga a preguntar por ello en las visitas rutinarias de salud, dado que, además, los menores presentan diferente sintomatología respecto a los adultos y esa puede variar en función de la edad y el desarrollo neurológico de cada niño.

Así lo explicó la doctora Olaia Sardón, del Área de Neumología Pediátrica de la Separ, en la sesión ‘Síntomas y enfermedades relacionadas con trastornos del sueño’ celebrada durante la 25 Reunión de Invierno de las Áreas Separ, que tuvo lugar en Toledo este fin de semana.

Los problemas respiratorios del sueño son los causados principalmente por el ronquido y el síndrome de apneas hipopneas obstructivas del sueño (SAHS) en la infancia. En esta enfermedad, además del ronquido, los niños presentan una respiración bucal, ruidosa e hiperextensión cervical, generalmente debido a la hipertrofia adenoamigdalar.

Junto a ello, en la infancia estos trastornos suelen conllevar un aumento del trabajo respiratorio durante el sueño y las apneas o pausas respiratorias, así como el color azulado de la piel y mucosas en los casos más severos.

Los despertares pueden ser frecuentes y hacer que presenten un sueño inquieto o fragmentado, según la Separ, que precisó que en la infancia generalmente se producen menos apneas, más hipoapneas, menor fragmentación de sueño y menor somnolencia diurna en comparación con los adultos.

Por el contrario, estos episodios se asocian a problemas de comportamiento y aprendizaje además de con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y arritmias, hipertensión arterial e hipertensión pulmonar, alteraciones en el intercambio gaseoso y en la arquitectura del sueño, entre otras afecciones que se traducen en una peor calidad de vida y que a largo plazo pueden tener consecuencias en el sistema cardiovascular, metabólico y en las funciones neurocognitivas.

Sardón subrayó que en la infancia la causa más frecuente detrás de del SAHS es la hipertrofia amigdalar, especialmente si se da entre los tres y los seis años y puntualizó que en las enfermedades neuromusculares la prevalencia del SAHS se ve “aumentada” por otras causas como la hipotonía que presentan estos pacientes y la menor actividad de los músculos dilatadores de la faringe.

La frecuencia del SAHS aumenta también en las anomalías craneofaciales y en los defectos de la línea media e hipoplasia mandibular y es “frecuente” en casos de obesidad, anomalías complejas como acrondroplasia, mucopolisacaridosis y síndrome de Prader Willi, así como la epilepsia mal controlada, la parálisis cerebral infantil y otras enfermedades neurológicas.

(SERVIMEDIA)
11 Feb 2019
MJR/gja