Ciencia

Las neurocientíficas que investigaron con Cajal salen del olvido

MADRID
SERVIMEDIA

En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia, que se conmemora este lunes, los nombres de Laura Forster, Manuela Serra, Soledad Ruiz-Capillas y Mª Luisa Herreros deberán asociarse a la contribución relevante de estas mujeres pioneras en el campo de la neurociencia realizada en España entre 1911 y 1945.

Esta recuperación histórica ha sido posible gracias a los investigadores Elena Giné, profesora del departamento de Biología Celular de la Facultad de Medicina de la Universidad Ccomplutense de Madrid (UCM); Cristina Nombela, profesora del departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y Fernando de Castro, científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, del Instituto Cajal (CSIC), que han llevado a cabo una investigación sobre las mujeres neurocientíficas que desarrollaron su trabajo con Santiago Ramón y Cajal o con algunos de sus discípulos más eminentes, dentro de lo que se conoce internacionalmente como Escuela Neurológica Española.

A principios del siglo XX, la investigación española en la persona de Santiago Ramón y Cajal revolucionó la historia de la ciencia. Sus numerosos descubrimientos sentaron las bases del conocimiento moderno de cómo se estructura el cerebro. Cajal es considerado el fundador de la moderna Neurociencia y recibió el Premio Nobel en Fisiología y Medicina 1906 “en reconocimiento de sus trabajos sobre la estructura del sistema nervioso”, compartido con Camillo Golgi. Las autoridades españolas decidieron apoyar y financiar las investigaciones de Cajal, facilitándose así la creación de un grupo de investigadores que alrededor del maestro formaron la denominada Escuela Neurológica Española o, más popularmente, 'Escuela de Cajal'.

Hasta 1936, Madrid fue el epicentro desde el que se estudiaba el cerebro en el mundo entero. A pesar de que casi todos los colaboradores de Cajal fueron hombres, también hubo mujeres, que desarrollaron su investigación en esta escuela pero que, sin poder determinar la causa concreta, sus nombres han caído en el olvido (en orden cronológico): la doctora Laura Forster, australiana de nacimiento y procedente de la Universidad de Oxford (Reino Unido), que por consejo de Cajal trabajó en la degeneración post-traumática de la médula espinal de los pájaros; Manuela Serra, laborante del Laboratorio de Investigaciones Biológicas, describió las neurofibrillas de las células de la neuroglia; la doctora María Soledad Ruiz-Capillas, quien colaboró estrechamente con el doctor Lafora (neuropsiquiatra y discípulo de Cajal) en el estudio de la patología del sueño; y la doctora María Luisa Herreros, que colaboró con Fernando de Castro en el estudio de la organización sináptica del sistema simpático.

(SERVIMEDIA)
11 Feb 2019
MAN/gja