Los hombres se casan a los 35,4 años y las mujeres a poco más de los 33, según los últimos datos publicados por la Oficina Estadística Europea (Eurostat), que sitúan a España como el segundo país con bodas más tardías.

Asimismo, el país ibérico tiene una de las tasas de matrimonios más bajas de la Unión, ya que la tasa de enlaces se situó en 2017 en 3,7 bodas por mil habitantes, mientras que los países del este como Lituania cuentan más de siete nupcias por mil ciudadanos.

Los países con mayor número de casamientos en base a su población fueron Lituania, con 7,5 por mil; Rumanía, con 7,3; Chipre y Letonia, con 6,8, y Malta, con 6,3. Por el contrario, los estados miembros que reportaron menos bodas fueron Eslovenia, con 3,1; Italia y Luxemburgo, con 3,2, y Portugal, con 3,3.

Lo que la Oficina Estadística de la UE tiene claro es que al tiempo que disminuyen los enlaces matrimoniales, aumenta el número de divorcios. Si en 2015 se dieron 2,2 millones de bodas, las rupturas llegaron a las 946.000, según los últimos datos de los que dispone Eurostat.

Y es que desde 1965, la tasa de enlaces ha caído en la Unión Europea en torno a un 50%, al tiempo que los divorcios se han visto más que doblados, en cierta medida motivados por la legalización del divorcio en países como Italia, España, Irlanda y Malta, los últimos en sumarse a esta opción.