Según informó Aspace este viernes, del total de las denuncias realizadas por las mujeres con parálisis cerebral en esta encuesta, los derechos más vulnerados son, en primer lugar, la participación en la cultura, el ocio y el deporte, para un 24,57% de las consultadas.

Entre los datos de la encuesta destaca la imposibilidad de viajar en avión o en tren por falta de recursos adaptados, o la dificultad para asistir al cine, al teatro u otros eventos de ocio o culturales debido a la falta de adaptación.

La discriminación y no igualdad fue señalado por el 18,6% de las mujeres encuestadas como otro de los derechos vulnerados en su día a día. En este punto, denunciaron una “falta de respeto” hacia las mujeres con parálisis cerebral, a las que, según denunciaron, tampoco se les ayuda en cuanto a los tiempos que necesitan para desenvolverse en su día a día.

Por lo que respecta a la accesibilidad, el 10,2% de las encuestadas considera que este derecho es vulnerado en su vida cotidiana, en especial en lo relativo a su movilidad urbana en los medios de transporte, el mismo porcentaje de mujeres que ve vulnerado su derecho a la educación por falta de recursos de apoyo y por los largos tiempos de espera que dificultan el acceso a centros de educación especiales.

Por su parte, el 6,8% de las participantes en esta encuesta estima que la imagen de la mujer con parálisis cerebral también se encuentra “estigmatizada socialmente”. Consideran que no pueden desempeñar los roles asociados a su género vinculados a la maternidad y al hogar y, por tanto, sufren una “discriminación múltiple por razón de discapacidad y género”, a la que se une otra más en el caso de aquellas con grandes necesidades de apoyo.

También un 6,8% considera que no son iguales que el resto de mujeres y hombres ante la Ley y denuncian la infantilización y la falta de respeto a las decisiones de las mujeres con parálisis cerebral como reivindicaciones.

Por estas razones, a juicio de Aspace “se evidencia una notable falta de empoderamiento de las mujeres con parálisis cerebral, que no son escuchadas en sus entornos vitales”, como demuestran unas cifras que, según la confederación, “dejan ver un alejamiento entre la realidad teórica de la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad y su aplicación práctica”.

Tras reconocer que es posible “trazar una diferencia” entre hombres y mujeres con parálisis cerebral, “que viene vinculada a la discriminación múltiple sufrida por ellas”, Aspace puntualizó que la “imposibilidad del ejercicio de los roles asociados a su género produce una pérdida de autoestima en las mujeres con parálisis cerebral, que se traslada, en última instancia, al ejercicio cotidiano de sus derechos”.