Juicio Procés

Trapero desvela que el presidente del TSJCat le pidió que garantizara la seguridad de la comitiva judicial el 20-S

- A partir de ese momento se implicó “personalmente” en la gestión del dispositivo

MADRID
SERVIMEDIA

El exmayor de los Mossos d´Esquadra Josep Lluis Trapero decidió este jueves declarar como testigo en el juicio del `procés´ pese a estar amparado por el derecho a no declarar al estar imputado en la Audiencia Nacional. En respuesta a la acusación popular del Vox, desveló que sobre las 17.00 horas de la tarde del 20-S habló con el presidente del TSJ de Cataluña que le comunicó su preocupación por la seguridad de la comitiva judicial que registraba la Consejería de Economía. A partir de ese momento, dijo, “me impliqué personalmente” en la gestión del dispositivo en la zona.

Reconoció que mantuvo conversaciones con el presidente de ANC en aquella fecha, Jordi Sánchez, del que recabó colaboración para mantener el orden público gracias a la actuación de voluntarios de la organización e insistió en que la información que tenía desde el puesto de mando de los Mossos no era la misma que tenían desde dentro de Economía.

Trapero entró en la sala de vistas acompañado de su abogada, Olga Tubau. El presidente de la sala, Manuel Marchena, le explicó que al estar imputado por la Audiencia Nacional goza de un "estatuto especial a medio camino" entre el del testigo y el investigado. La letrada solicita hacer unas consideraciones previa a la declaración, pero el magistrado se lo denegó.

“Usted en este procedimiento no es parte, es un tercero que tiene conocimiento que puede contribuir al esclarecimiento. No podemos darle una intervención, su intervención se limita a decir (si contesta) esta si o esta no, pero no se le permite un asesoramiento puntual sobre las preguntas”, le aclaró Marchena.

El representante de Vox comenzó entonces su interrogatorio sobre las “21 llamadas” que hizo o recibió del expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez. Trapero aseguró que hubo “unas cuantas” aunque varias de ellas sólo fueron intentos infructuosos. Según explicó el jefe de los Mossos, esta interlocución se produjo después de que el que fuera conseller de Interior, Joaquim Forn, le advirtiera de que Sánchez le llamaría para “mediar” con los manifestantes el 20-S.

Los primeros contactos se centraron en poner en comunicación a los Mossos desplegados en la zona con ciertas personas que podían ayudar a formar un cordón de voluntarios para permitir la entrada y salida de Economía de las personas que debían acceder a sus despachos mientras eran registrados.

Sobre las 17.00 horas de la tarde, Trapero recibe una llamada del presidente del TSJCat, Jesús Barrientos, que le manifiesta su “preocupación” por la seguridad de la comitiva judicial que estaba procediendo a los registros, a la vista de las “imágenes” de la protesta que estaba viendo por televisión. Es a partir de ese momento cuando “me implico más personalmente. Es para mí un compromiso. Me implico más de lo que me hubiese implicado en otra concentración". Con Barrientos habló en dos ocasiones y también con el fiscal jefe de Cataluña.

Explicó también que la intendente Laplana estuvo en Economía desde las 8.30 de la mañana hata las 22.30 o 22.45. Admitió también que con ella tan sólo mantuvo una conversación que no excedió de los 45 segundos de duración. Sin embargo, insistió en que el comisario Ferrán López estuvo en todo momento en contacto con el coronel de la guardia civil responsable de la comitiva que se encontraba en el interior del departamento de Economía.

A preguntas de Javier Ortega-Smith, el mayor de los Mossos explicó el dispositivo que habían preparado para la salida de la comitiva judicial. Se trataba de un cordón que se formó alrededor de las 22.00 horas formado por un grupo de agentes de la Brigada Móvil, los antidisturbios del cuerpo autonómico. Ese cordón estaba pensado para cubrir un espacio posterior al pasillo de los voluntarios de ANC. Allí estarían “15 o 20 agentes del servicio de escolta para permitir la salida de la comitiva judicial en una especie de “cápsula” que garantizase su seguridad.

"Si planteábamos este dispositivo es porque lo considerábamos seguro. No vamos a plantear una fórmula que consideremos insegura, si planteamos una cápsula de 20 es porque no nos podemos arriesgar a que una botella o un objeto alcance a alguien de la comisión judicial", insistió Trapero.

Sin embargo, ese cordón policial se acabó desmontando porque la Guardia Civil les comunicó que estaban teniendo problemas con el clonado de información que debían recoger en el registro y que el trabajo se podría alargar “horas”. Se levantó el cordón de la Brigada Móvil porque en muchas ocasiones, la simple presencia de los antidisturbios podía encender los ánimos más que calmarlos.

Preguntado por si hubo incidentes violentos durante la jornada, Trapero dijo tener conocimiento del “lanzamiento de una botella de agua" a dos agentes de mediación de los Mossos a los que “confundieron con guardias civiles" y más tarde, sobre las 22.00 horas. “un grupo de gente se pone delante de la Brigada Móvil para entorpecer su paso y ahí hay algún lanzamiento de botella y algún empujón. Y evidentemente lo de los coches".

Ya rozando las 23.00 horas, recibió una llamada del titular del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, Juan Antonio Ramírez Sunyer, que era el que había ordenado los registros. Como no conocía el número, Trapero desconfió pensando que podía tratarse de “un periodista” y le pidió colgar para volver a llamarlo. Aseguró que en ningún momento “se me identifica como juez del 13, sino como juez de incidencias del 2 o el 3" y “me dice que su secretaria judicial se encontraba en la sede del departamento y no podía salir”.“Nuestra percepción de lo que estaba ocurriendo era otra diferente. Nosotros creíamos que el registro se iba a alargar”, insistió.

Según explicó sobre la salida por la azotea de la secretaria judicial, el motivo de recurrir a esa opción fue “práctico” porque iba a ser más rápido que volver a montar el cordón de al Brigada Móvil. Trapero admitió que "tuvieron que esperar a acabar la obra, pero no es verdad que saliera camuflada con el público; cuando sale el público, el responsable del cine dice que no le dan permiso para salir. Entonces me vuelve a llamar el teniente de Mediación, Xavier Pastor, diciéndome que no tiene permiso para salir. Le dije: "Xavi, la responsabilidad es mía, coge a la secretaria y sales".

Más adelante, el que fuera mayor de los Mossos durante el 20-S explicó que entre efectivos del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) y de la Brigada Móvil (Brimo) tenían desplegados un total 290 efectivos.

(SERVIMEDIA)
14 Mar 2019
SGR/ICG/gja