Así se pronunció Abascal, en declaraciones a los periodistas tras recoger sus credenciales como diputado en el Congreso, en las que explicó que lleva recorriendo España cuatro años para erigirse en la voz de que aquellos españoles que se encontraban “sin representación”.

Destacó que su partido ha conseguido “ilusionar” y movilizar a quienes llevaban tiempo sin votar o a quienes no habían votado nunca, lo que le permitió afirmar solemnemente que Vox “ha normalizado la vida política” en España.

Denunció una campaña de desprestigio hacia Vox, en la cual, dijo Abascal, se ha “distorsionado” su mensaje apelando al miedo y al voto útil y alertó de una “estigmatización” de su partido, en la que se han llegado a producir escraches en sus actos.

Acusó al Gobierno, a la Fiscalía y a la Junta Electoral Central (JEC) de permitir el “acoso sistemático” a Vox frente a la protección que observa que existe hacia partidos como Cs después de que la Fiscalía Provincial de Guipúzcoa haya abierto diligencias por el intento de boicot de cientos de independentistas a un acto de este partido el pasado 14 de abril en la localidad de Rentería.

Respecto de la posibilidad de que el Tribunal Supremo permita que los presos electos vayan al Congreso o al Senado a recoger sus credenciales antes de la constitución de las Cortes, dijo respetar las decisiones de la justicia y apostó por modificar las leyes para que “España se defienda mejor de quienes la quieran destruir y se premie a quienes la traten con lealtad”.

Consideró “bastante lógico” que Vox esté presente en la Mesa del Congreso después de haber obtenido 24 diputados en las elecciones generales, lo que le sirvió para denunciar un “gran acuerdo” de todos los partidos, incluido el PP.

“Todos están bastante cómodos en el todos contra Vox”, aseveró.

Avisó a la formación liderada por Pablo Casado de la necesidad de que reconsidere su postura si quiere contar el apoyo de Vox para aprobar los presupuestos en Andalucía o para sumar mayorías que le permitan gobernar en comunidades autónomas y ayuntamientos.

De hecho, concedió que si en las autonómicas y municipales del próximo día 26 de mayo su partido obtiene un respaldo pequeño no se planteará entrar en gobiernos, una circunstancia que podría cambiar si logran un amplio apoyo.

No valoró la pretensión del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para que Meritxell Batet y Manuel Cruz presidan el Congreso y el Senado, aunque advirtió de que su nombramiento sería peligroso si lo que se pretende es “avanzar en la lesión de la soberanía nacional”.

No obstante, confirmó que su partido presentará sus candidatos alternativos a presidir ambas Cámaras, si antes no se produce una reflexión “por parte de quien quiera hacerla” y explicó que hasta el momento ha mantenido “contactos infructuosos” con otras formaciones.

Evitó pronunciarse sobre sus preferencias a la hora de situar sus escaños, porque todos los asientos son “dignos”, aunque confesó que le gustaría ocupar el que utilizó su padre en los años 2000.

Por su parte, el diputado y dirigente de Vox Iván Espinosa de los Monteros adelantó, en declaraciones a los periodistas en el Congreso, que su partido se dedicará durante la legislatura a “señalar la radicalidad de los socialistas, los comunistas y los separatistas”.

Eludió pronunciarse sobre si será el próximo portavoz de Vox en el Congreso y presumió del papel que su formación jugará en la legislatura al augurar que “a la hora de votar mucha gente querrá sentarse con nosotros”.