Investigación

Investigadores del CNIO descubren una protección frente a los efectos secundarios de la radioterapia

MADRID
SERVIMEDIA

Científicos del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han descubierto que tener niveles altos de la proteína URI protege a los ratones de los daños intestinales producidos por la radiación, mientras que niveles bajos o su supresión llevan al desarrollo de síndrome gastrointestinal y a su fallecimiento.

Las aplicaciones del descubrimiento podrían extenderse a la protección contra los efectos secundarios de otras fuentes de radiación intensiva, como los accidentes y las armas nucleares, o la exposición a los rayos cósmicos durante los viajes espaciales.

Pero, sobre todo, el descubrimiento es importante para los enfermos de cáncer, porque uno de los tratamientos más frecuentes y efectivos contra esta enfermedad es la radioterapia. Sin embargo, la radioterapia intensiva no solo daña a las células tumorales, sino también a las células sanas, y en el caso de las neoplasias localizadas en la cavidad gastrointestinal puede desembocar en toxicidad en el intestino en un 60% de los pacientes sometidos a ella.

Aunque es reversible cuando la radioterapia finaliza, un 10% de los pacientes que reciben el tratamiento tienen daños irreversibles y desarrollan el síndrome gastrointestinal, una patología que se caracteriza por la muerte de las células intestinales, lo que conlleva la destrucción del intestino y el fallecimiento de estos pacientes.

“Todavía no se conocen todas las funciones precisas de URI”, explicó Nabil Djouder, jefe del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del CNIO y autor principal del estudio. “A semejanza del pH o la temperatura, que tienen que mantenerse en unos niveles equilibrados para el correcto funcionamiento del cuerpo, URI también parece contar con una ventana muy estrecha de equilibrio que determina el correcto funcionamiento de otras proteínas: cuando sus niveles están por encima o por debajo de esa ventana, puede promover tumores o proteger contra su desarrollo, así como el de otras enfermedades. Depende mucho del contexto”.

La proteína URI se expresa en una población específica de células madre durmientes localizadas en unas oquedades intestinales llamadas criptas de Lieberkühn. URI protege a estas células de la toxicidad inducida por niveles altos de radiación. “Hemos descubierto que, una vez finalizada la radioterapia, son estas células las encargadas de regenerar el intestino”, explicó Almudena Chaves-Pérez, primera firmante del trabajo.

Después de ser sometidos a radiación, los ratones diseñados para expresar altos niveles de URI sobrevivieron al síndrome gastrointestinal en un 100% de los casos, cuando, en condiciones normales, fallecen hasta un 70% de ellos. En cambio, los ratones sin el gen fallecieron en su totalidad por el síndrome.

(SERVIMEDIA)
31 Mayo 2019
MAN/caa