El proyecto BigPicnic propone "rediseñar" la política alimentaria y plantea media docena de recomendaciones

- En él han trabajado 19 jardines botánicos europeos, entre ellos los de Alcalá de Henares y Madrid

Madrid
SERVIMEDIA

El proyecto de seguridad alimentaria BigPicnic, financiado por la UE y en el que, a lo largo de tres años, han trabajado 19 jardines botánicos, entre ellos el Real Jardín Botánico Juan Carlos I de la Universidad de Alcalá de Henares y el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) de Madrid, propone “rediseñar” la política alimentaria y, con tal fin, plantea hasta media docena de recomendaciones centradas en el patrimonio, el cambio climático, la producción sostenible de alimentos o la educación.

BigPicnic aboga por integrar la dimensión de patrimonio cultural de los alimentos dentro de la política alimentaria, así como por incrementar la resiliencia de los ciudadanos ante el cambio climático y por la “neutralidad climática” de los sistemas alimentarios.

Asimismo, plantea que los futuros marcos de financiación premien una gestión más eficiente de la pérdida y el desperdicio de alimentos, la producción de alimentos a pequeña escala y a las cadenas de distribución sostenibles.

Respecto a la educación, el proyecto europeo considera que la alimentación y la seguridad alimentaria deberían involucrar a todos los niveles de enseñanza e invita a incorporarlas al currículo.

Además, estima importante utilizar “enfoques participativos” para “construir nuevos conocimientos y crear valor a través de procesos abiertos e inclusivos de investigación”, al tiempo que se fomenta la participación de la población general y se reivindica el papel de los expertos como “catalizadores del cambio”.

En su apuesta por el rediseño de la política alimentaria mundial, los investigadores y técnicos que han trabajado en este proyecto instan a cumplir algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Así, recomiendan también aumentar la diversidad cultural en el consumo de alimentos, apoyar la adquisición de productos alimenticios tradicionales o articular el valor de patrimonio cultural de los alimentos en todas las áreas prioritarias de la política de seguridad alimentaria.

Junto a ello, valoran como fundamental garantizar que las políticas, los programas, las estrategias y las acciones agrícolas y de mitigación y adaptación al cambio climático concuerden íntegramente con los compromisos existentes en relación con la seguridad alimentaria.

Por otra parte, apuntan hacia una agricultura “climáticamente inteligente” o a reducir las importaciones excesivas de alimentos.

Finalmente, invitan a "construir o consolidar" relaciones con redes nacionales e internacionales, reconociendo la ventaja estratégica que ofrecen las mismas.

(SERVIMEDIA)
12 Jun 2019
MJR/caa