Juicio Procés

La abogada del Estado dice a los familiares de los presos que lamenta conocerlos en estas circunstancias

MADRID
SERVIMEDIA

La abogada del Estado Rosa María Seoane ha estado charlando con varios familiares de los líderes del 1-O, nueve de ellos en prisión preventiva, tras finalizar el juicio del `procés´. Pese a que pide para ellos penas de entre siete y doce años de cárcel, la conversación ha sido distendida. A todos les ha dicho que “lamenta” haberles conocido en “estas circunstancias”.

La conversación ha durado unos minutos y se ha desarrollado en la planta de acceso al edificio del Supremo, por donde familiares y autoridades entraban cada día para seguir la vista que comenzó el pasado 12 de febrero.

Las esposas de los acusados, en especial la de Oriol Junqueras, le ha agradecido que la Abogacía no se opusiera a que el tribunal conceda permiso al líder de ERC para salir de prisión y acudir el próximo día 17 de junio al Congreso para acatar la Constitución, lo que le permitirá tomar posesión de su escaño de europarlamentario.

Después de cuatro meses exactos, la vista comenzó el 12 de febrero, con 52 sesiones y 422 testigos el juicio contra los líderes del 1-O quedó visto para sentencia este miércoles. Tras el turno de la última palabra de los acusados, el presidente de la sala del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, se limitó a dar “muchísimas gracias a todos” y a declarar que el juico queda “visto para sentencia”.

Al final del juicio las emociones se desbordaron, los miembros del tribunal, los abogados y los fiscales se despedían a las puertas de la sala de vistas tras decenas de jornadas agotadoras. Marchena permitió que los acusados que están en prisión preventiva pudieran hablar unos minutos con sus familias.

Los periodistas, mientras, no tenían permitida la salida de la zona de la biblioteca y el salón de actos, habilitados como sala de prensa. El ritual del biombo, para que los informadores no pudieran ver salida y la entrada de los reos en la sala, acabó cediendo en los últimos momentos de este juicio histórico. La policía acabó dejándoles salir. Será la única imagen de los acusados que podrán guardar. La pulcritud del sistema para preservar su deambular por los pasillos del Supremo ha funcionado sin fisuras durante cuatro meses.

Carles Mundó y Meritxell Borrás charlaron con amigos, familiares y periodistas. Estaban visiblemente emocionados tras la última sesión del juicio en el que han podido dirigirse directamente a los siete magistrados que componen el tribunal.

En los informadores, sensación agridulce. Las decenas de periodistas que han seguido este juicio se hicieron una fotografía de fin de curso en la escalinata principal del Tribunal Supremo. Los fiscales Fidel Cadena y Jaime Moreno, trajeados y sin toga, les saludaron desde lejos con la mano y una sonrisa. Hasta el comisario responsable de la seguridad en el TS ha confesado que “los echará de menos”.

(SERVIMEDIA)
12 Jun 2019
SGR/ICG/gja