El resultado de este proyecto han sido cuatro propuestas que mejoran la calidad de vida de estas personas mediante las nuevas tecnologías en el ámbito de la atención y la autonomía, la formación y el empleo, según informaron este jueves ambas entidades en un comunicado en el que también precisaron que, tras tres meses de desarrollo, se han propuesto diferentes plataformas que resuelven los retos a los que se enfrentaba el proyecto.

En el ámbito de la formación se ha impulsado un entorno de entrenamiento 'Tele-operador' para mejorar el aprendizaje práctico del alumnado del curso de Atención al Cliente que imparte Fundación Juan XXIII Roncalli.

Por su parte, en el área de atención a usuarios con discapacidad con grandes necesidades de apoyo se ha diseñado una plataforma para el Registro y Control de los usuarios del Centro de Día que ayudará a optimizar el tiempo que dedican a registrar atenciones físicas de los usuarios o la recopilación de archivos.

Otra de las propuestas es un servicio de taller de bicicletas cuyo objetivo es el reciclado de bicicletas y su reconversión en bicicletas eléctricas, al tiempo que se genera empleo innovador para las personas con discapacidad intelectual desde la creatividad y la economía circular.

Además, con el fin alcanzar la sostenibilidad medioambiental en los procesos, se ha incorporado el cálculo de huella de carbono en los trabajos que ofrece Fundación Juan XXIII Roncalli para sus servicios de marketing, gracias a una herramienta informática de Gestión de Calidad y Medio Ambiente para Pymes.

Este tipo de acciones de voluntariado arrojan “multitud de beneficios para la sociedad”, según ambas organizaciones, que destacaron cómo, en primer lugar, el proyecto ha permitido alinear la misión de las mismas.

Por otro lado, la involucración de Indra y sus trabajadores en este tipo de programas de voluntariado refuerza su compromiso social, así como el sentimiento de pertenencia y la sensibilización de su equipo con la inclusión de las personas con discapacidad intelectual en la sociedad y en el entorno laboral.

Paralelamente, tanto Indra como Fundación Juan XXIII Roncalli consideran enorme el impacto de este programa en las personas con discapacidad intelectual, ya que “ha conseguido convertir a las nuevas tecnologías en aliadas para reducir la brecha digital”.