“Es imprescindible el desarrollo de una educación basada en la igualdad de oportunidades a todos los niveles y desde los primeros años de vida, tal y como contempla la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”, afirmó durante la apertura de la Asamblea General Ordinaria que Cocemfe celebra en Madrid, que incluyó en su programa un espacio dedicado a la educación inclusiva.

Según Queiruga, la educación es una de las “asignaturas pendientes” para el colectivo, al igual que la accesibilidad universal, el desarrollo profesional, la vida independiente o el acceso a tratamientos y productos de apoyo.

Tras su intervención, en la que estuvo acompañado por el director general de Políticas de Discapacidad, Jesús Celada, el secretario de Formación y Empleo de Cocemfe, Valentín Sola, presentó la conferencia ‘Educación y Prácticas Inclusivas. Contar con todas las personas que cambiarán el mundo’.

En ella, la profesora de la Universidad Autónoma de Madrid Cecilia Simón abordó la situación actual de la educación inclusiva y diferentes estrategias para su implantación en los centros educativos.

"La educación inclusiva es un derecho humano fundamental para todas las personas que, además, supone un medio para la realización de otros derechos humanos", defendió. "Es un derecho multiplicador y asumido internacionalmente".

Asimismo, remarcó que "no podemos dar respuesta a la diversidad de nuestras aulas haciendo lo mismo", sino que "tenemos que afrontarlo desde una perspectiva de Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA)". "La participación es sentirse parte, formar parte y tomar parte", concluyó.

Tras ella tomaron la palabra Ainhoa Yáñez y Antonio Ortiz, docentes del CEIP Carlos Cano de Fuenlabrada (Madrid), con una experiencia de buenas prácticas sobre la aplicación del enfoque DUA. Ortiz subrayó que cuando llega un niño a su despacho, ve en él “a la persona, no a la discapacidad”.

Yáñez subrayó el papel del trabajo conjunto de toda la comunidad educativa a favor de los niños y, tras recordar que el citado colegio trabaja sin libros y cuenta con un alumnado muy heterogéneo, apuntó: “No hubiese salido adelante si no contáramos con las familias”.

Ambos destacaron que “el conocimiento alcanzado sobre el significado de la educación inclusiva ha permitido utilizar herramientas para hacer un análisis de las posibles barreras para la participación y para los aprendizajes que pudieran existir" en su centro.