Campa efectuó esta reflexión durante las jornadas sobre el décimo aniversario de creación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), donde indicó que garantizar que nunca más se volverá a utilizar el dinero de los contribuyentes “es el listón más difícil” de los establecidos por los países tras la crisis si vuelven a repetirse los agudos problemas.

“Para la siguiente crisis tenemos que contar con la legitimidad de contar con las herramientas que puedan ser necesarias”, defendió. Según detalló, la “percepción social” es multidimensional y unos aspectos tienen que ver con la crisis, pero otros “tienen que ver con el futuro”.

En este sentido, apuntó que el sector financiero también tendrá que estar “a la altura” en materia de los objetivos de sostenibilidad, y otros aspectos relevantes como la lucha contra el blanqueo de dinero y la lucha contra financiación de actividades criminales.

“¿Estamos preparados para la siguiente crisis? No, no estamos preparados”, manifestó taxativo, en alusión al riesgo de que se desencadenen situaciones imposibles de anticipar y con efectos secundarios imprevistos, aunque admitió la importancia de los pasos dados con las lecciones extraídas de la crisis atravesada.

En opinión de Campa, se habla “mucho de los bancos, pero no de lo demás”, en alusión a los cambios tecnológicos con la irrupción también de nuevos operadores y el desarrollo de la banca en la sombra o ‘shadow banking’. “Es un aspecto en el que tendríamos que centrarnos más”, porque “la crisis no va a ser la misma” que la anterior, cuando el entorno es “más complejo”.

El que fuera secretario de Estado de Economía entre 2009 y 2011, y fue responsable de asuntos regulatorios del Santander antes de sustituir a Andrea Ería en la EBA, urgió también a la banca a mejorar su rentabilidad.

“La industria no es rentable”, lamentó, confesando que como supervisores y reguladores “no podemos sentirnos cómodos con un sector que no puede cumplir con el principio básico” de financiar la economía si no alcanza una rentabilidad suficiente.

Antes de la crisis indicó que la rentabilidad era buena pero no tenía mucha solvencia; ahora sí que la tienen pero no es suficientemente rentable y eso es relevante para su desempeño futuro, lo que se refleja con unas valoraciones en los mercados bursátiles que no están donde deberían.

Por otra parte, dio un toque de atención a que, pese a la construcción de la Unión Bancaria, “los bancos son cada vez más nacionales” y eso es porque “algo no funciona bien” y “hay que resolverlo”. En este sentido, indicó que mientras que los bancos asiáticos han aumentado su actividad transfronteriza en los últimos años, en los europeos se ha dado la tendencia contraria.