Medio ambiente

Comienza la tercera edición de la campaña de recogida de basura en las costas del Proyecto Libera

MADRID
SERVIMEDIA

Mantener las costas libres de basuraleza (basura en espacios naturales) y conocer cómo afecta su invasión a los espacios naturales marinos es la razón de ser que impulsa, por tercer año consecutivo, la campaña ‘1m2 por las playas y los mares’. Una iniciativa que se enmarca dentro del Proyecto Libera, de SEO/BirdLife, en alianza con Ecoembes.

Hasta el 22 de septiembre, cualquier organización, asociación, entidad o colectivo puede participar creando puntos de recogida de basuraleza. Las recogidas de residuos abandonados se llevarán a cabo del 28 de septiembre al 6 de octubre.

El objetivo de esta campaña es recoger la basuraleza de estos entornos para luego caracterizarla y recopilar datos que permitan conocer el volumen, la cantidad y la tipología de residuos encontrados (tanto de las basuras flotantes como de las depositadas en las playas y en los fondos marinos).

Para llevar a cabo esta tarea se emplea la aplicación móvil Marnoba, que recopila, almacena y muestra información sobre las basuras marinas de las costas y los mares de España. Los datos obtenidos en esta campaña se integran en la base de datos del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco).

COLILLAS

De todos los residuos encontrados en las playas destaca la presencia de las colillas que, constituyen un grave problema ambiental. Se calcula que de los seis billones de cigarrillos que se fuma en todo el mundo cada año, 4,5 terminan depositados en la naturaleza.

Estos residuos, que provienen mayoritariamente del entorno terrestre, llegan principalmente por los cauces fluviales hasta acabar en el mar. Diversos estudios

demuestran que el efecto contaminante de las colillas puede durar entre siete y 12 años e, incluso, algunos autores afirman que puede llegar hasta los 25 años.

Alguno de los componentes químicos que contienen las colillas, al entrar en contacto con el agua, tiene efectos devastadores en la naturaleza, provocando un grave impacto en la calidad del agua afectando a la flora y fauna que dependen de este medio. Cada colilla puede llegar a contaminar hasta 10 litros de agua salada y hasta 50 litros si es agua dulce. En el caso de los grandes depredadores marinos, como las aves y los cetáceos, la ingesta de colillas es habitual y puede causar toxicidad directa, así como una cierta sensación de saciedad que puede conducir a la muerte por inanición.

“Necesitamos conocer con precisión cual es estado de nuestros mares y playas para poder llevar a cabo campañas de conservación o sensibilización efectivas. Es emocionante ver como cada año miles de héroes salen a las playas de forma altruista no solo a recoger basura sino a ayudarnos a engordar la base de datos científica con la que poder trabajar desde el conocimiento”, afirmó Miguel Muñoz, coordinador del Proyecto Libera.

(SERVIMEDIA)
31 Jul 2019
VMM/man