Universidad

Uno de cada tres graduados españoles que trabaja está sobrecualificado para su empleo

-Según el 'Informe CYD 2018', es la cifra más alta de la UE, por lo que sus autores piden que las empresas entren en el diseño de los títulos universitarios

MADRID
SERVIMEDIA

El 37,6% de los graduados españoles que trabajan desempeña tareas que no son de alta cualificación, la cifra más elevada de todos los países de la Unión Europea. Mientras, muchas empresas tienen dificultad para cubrir puestos de trabajo de determinadas cualificaciones, por lo que los expertos proponen que las compañías participen de la elaboración de los títulos universitarios.

Son algunas de las conclusiones de la decimoquinta edición del informe de la Fundación CYD presentado este lunes en Madrid, que también destaca que los indicadores del sistema universitario español han mejorado en los últimos años, pero no logran niveles previos a la crisis.

El 'Informe CYD 2018' destina un capítulo especial a analizar la inserción laboral de los graduados españoles, en el que subraya que cuanta más formación posee un trabajador, mayor proporción está con contrato indefinido, a tiempo completo y por cuenta ajena. Además, conforme más nivel de formación, también recibe más ingresos.

No obstante, la población con educación superior (25-69 años) tiene en España una tasa de paro del 8,9% (el doble que la media de la Unión Europea) que asciende a 14,9% si se considera solo a los jóvenes de 25 a 29 años.

El coordinador del informe, Martí Parellada, subrayó que “las previsiones de empleo indican que en el futuro serán empleos de mayor cualificación y habrá que intentar resolver esta cuestión”, mientras “las empresas se encuentran con dificultades para cubrir determinados perfiles profesionales”. “Es un tema que las universidades han trabajado en los últimos años de manera intensa, pero hay que seguir haciéndolo”, aseveró.

Por ello, los expertos piden que se promuevan vías de colaboración entre la universidad y la empresa, más allá de aumentar y perfeccionar los programas de prácticas, curriculares o no, en las compañías. Además, el informe apela a potenciar iniciativas como la formación universitaria dual, los doctorados industriales, los programas de formación conjunta entre universidades y empresas, aumentar la permeabilidad entre los ciclos formativos de grado superior y las titulaciones universitarias y, en general, todas aquellas acciones que permitan reducir los desajustes señalados.

Parellada llamó al sistema, las universidades y a las empresas a “hacer algo” en esa línea para que los recursos públicos den resultados en el ámbito universitario. Esas medidas, concretó, consistirían en “trabajar en una mayor interrelación entre la Formación Profesional y la formación universitaria”, a través de unas “pasarelas” que permitan que ambas formaciones se doten de contenido con el objetivo de la inserción laboral.

MENOS EN GRADO Y MÁS PRIVADAS

El documento también repasa otras caras del sistema universitario, como el descenso de los matriculados en grado (por sexto año consecutivo en el curso 2017-2018, con 191.803), mientras que el máster oficial aumenta (112.122 en el mismo curso). Sin embargo, el informe apunta al “continuo” aumento de universidades privadas en España ya que, desde la creación de la última universidad pública en 1998, se han autorizado más de 20 privadas. Según los datos recabados en el documento, en total, las 88 universidades autorizadas (83 activas) ofrecen un total de 8.526 titulaciones oficiales: 2.920 grados, 3.567 másteres, 1.137 doctorados, 810 dobles grados y 92 dobles másteres.

La universidad española también debe mejorar en porcentaje de estudiantes internacionales (son el 0,9%, el tercer peor resultado de los países de la OCDE, que según los últimos datos supera el 4%) y en rejuvenecer a su personal docente. En el curso 2017-2018, aumentó el 2,1% alcanzando los 122.910 trabajadores. Una característica relevante, subraya el estudio, es la elevada edad media, pues el profesorado de 60 años y más que deberá jubilarse en la próxima década asciende a 20.000 personas.

Entre las mejoras de la realidad universitaria que detecta el informe está el gasto en I+D, que en relación al PIB registra por primera vez desde el 2010 un aumento del 1,2%. Además, por primera vez en siete años, se registra una recuperación de la financiación de la I+D universitaria por parte de las empresas.

Los expertos también se refirieron a otros retos a los que se enfrenta la universidad como la responsabilidad social universitaria, la digitalización, una mejor convivencia de las universidades públicas con las privadas, todo ello acompañado de la reivindicación de la necesidad de más recursos y de una reforma del marco legal para que la universidad española pueda gestionarse de forma más flexible.

En este sentido, el supervisor del informe, Francesc Solé Parellada, subrayó las “barreras” que permanecen estudio tras estudio: “El marco jurídico y el dinero”. “Estas barreras impiden a la universidad ir donde ella quiera, no es que no quiera, es que no pueda”, sentenció.

(SERVIMEDIA)
16 Sep 2019
AHP/gja