En rueda de prensa en el Congreso de los Diputados un día después de que el Rey no nombrara a Sánchez candidato a la investidura por la falta de apoyos, consumando la repetición electoral, Rivera interpretó que ayer el líder del PSOE “frustró cualquier esperanza de que este país se pusiera en marcha” rechazando su oferta de abstención a cambio de tres exigencias: un Gobierno constitucionalista en Navarra, la renuncia a los indultos y la planificación de un 155 en Cataluña y no subir impuestos a las clases medias.

El presidente de Cs recriminó a Sánchez que, en su comparecencia anoche en Moncloa para certificar la repetición electoral, estuviera “abroncando a los españoles porque se equivocaron votando”, dado que pidió que en noviembre se expresen con más claridad a favor del PSOE. Según él, el presidente del Gobierno en funciones “no acepta los resultados electorales”, donde los españoles “han votado a muchos partidos” y exigen acuerdos entre ellos. Un reproche que luego amplió al “viejo bipartidismo”, incluyendo al PP, que está “bloqueando el país frente a una nueva realidad, el multipartidismo”.

También interpretó que el líder del PSOE abroncó al resto de grupos por no regalarle la investidura. En particular, Rivera lamentó que Sánchez “ha cerrado la puerta definitivamente a una opción constitucionalista” rechazando el “acuerdo de mínimos que le ofreció”, y dijo comprender a los votantes de izquierda que no entienden cómo no se ha puesto de acuerdo con Podemos.

“España tiene un problema que se llama Pedro Sánchez”, diagnosticó, “pero España ha superado muchos problemas y también superaremos ese escollo. Algún día habrá un candidato a la investidura que sepa entenderse con los demás líderes políticos”. Desde esta premisa argumentó que Cs tiene la “obligación de formar un gobierno alternativo a Pedro Sánchez”, y se comprometió a llamar a Casado si pueden gobernar juntos. “Me da igual quién quede por delante”, aseguró. “Ni los ministerios ni los nombres van a ser un escollo”.

Eso sí, Rivera descartó una vez más la coalición de España Suma con sus habituales argumentos de que convendría a Sánchez, “interesado en meternos a todos en el mismo saco”. Por eso, abogó por sumar, “pero como en Andalucía”, con “una suma inteligente que no reste votos, que no envíe votos a la abstención”. Para el Senado, la rechazó porque no sería coherente que compartieran lista quienes quieren reforzarlo y quienes quieren suprimirlo.

Preguntado por la presencia de Vox en ese hipotético Gobierno, el líder de Cs recurrió a su enfoque, ya usado en la formación de varios ejecutivos autonómicos, de que "será un Gobierno de Ciudadanos y el PP", como en Madrid o Andalucía, y que "si otras formacones tienen que elegir en el Parlamento, tendrán que elegir".