Por ello, en una nota de prensa, Gonzalo lamentó que “Ryanair no sólo ha vulnerado el derecho a huelga de sus trabajadores, sino que ahora lo está pagando con ellos”.

USO ya ha trasladado estos hechos ante la Inspección de Trabajo y, la próxima semana, presentará las correspondientes demandas por despido improcedente.

En el caso de los dos tripulantes de Tenerife Sur, el día 2 de septiembre fueron notificados como servicios mínimos para un vuelo. El mismo día de la huelga, la empresa trató de cambiar a ambos trabajadores la actividad y les notificó una nueva carta de servicios mínimos.

Los trabajadores entendieron que, si la actividad original para la que estaban notificados no se iba a llevar a cabo, eran libres de ejercer su derecho a huelga.

Ryanair los acusa de no haber obedecido la orden de un superior de operar un vuelo de servicio mínimo y de abandonar su puesto de trabajo sin autorización.

Por su parte, el despido de la sobrecargo de Málaga tiene su causa en la negativa de la trabajadora a prestar el servicio de venta a bordo, forma de protesta que ese decreto de servicios mínimos del Ministerio de Fomento les permitía ejercer a los tripulantes de cabina de Ryanair.

En un vuelo, también del 2 de septiembre, la sobrecargo le explicó al comandante del avión que no le podía vender la oferta de menú a bordo porque no es un servicio mínimo y, por eso, le ofreció otras alternativas (bocadillos, agua, infusiones, cafés o snacks) que este rechazó. Posteriorme el comandante reportó el hecho, que terminó en despido.