Lo hizo al final de un acto electoral en Vigo, donde respondió explícitamente a los líderes de los tres otros grandes partidos, que hablaron en otros eventos de partido esta mañana. Al de Podemos, Pablo Iglesias, le echó en cara que volviera a “sacar el trampantojo de la gran coalición”, ya sea con el PP ó Ciudadanos, con PP ó Cs. Un trampantojo que, eso sí, “dura hasta el día de las elecciones”, porque, cuando se ve que no es real, “lo que hace es impedir cuatro veces que haya un Gobierno del PSOE”.

De la oferta del líder de Ciudadanos de facilitar su investidura si apoya diez reformas, Sánchez optó por mofarse: “Rivera parece que hoy nos ha levantado el castigo, si nos portamos bien”. Y acto seguido constató que, si puede, Cs ha dicho que sumará con el PP y Vox, e ironizó: “Todo un ejemplo de coherencia”.

“Nosotros no pedimos el apoyo de Ciudadanos”, zanjó el presidente. “Lo que pido es que se respete el resultado electoral, y que aquéllos que perdieron no bloqueen la formación de gobierno”.

Finalmente, del PP dijo que está “en hibernación” y “sólo aparece cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid (Isabel Díaz Ayuso) dice cosas ultraderechistas porque pacta con la ultraderecha”, en referencia a su pregunta retórica de si después de la exhumación de los restos de Francisco Franco las iglesias “arderán como en el 36”.

Sánchez concluyó que el PSOE no se define “en contraposición a nadie” y propone en positivo estabilidad y “una respuesta progresista” a los desafíos que tiene España.

Antes, el líder del PSOE justificó con sus argumentos habituales la repetición electoral. “Yo hoy podría ser presidente, sí. ¿Pero de qué gobierno?”, se preguntó, explicando que con los apoyos que había no se garantizaba un Gobierno “coherente y estable”; que habría habido una parte del Ejecutivo, la de Unidas Podemos, hablando de presos políticos y autodeterminación y gestionando temas capitales cuando “nunca ha gestionado nada y cuando ha gestionado algo lo ha hecho en términos negativos”.

“Yo no quiero un Gobierno para una investidura, necesito un Gobierno para una legislatura”, puntualizó, por lo que reclamó que en las elecciones del 10-N la voz socialista “sea escuchada con más rotundidad y no se imponga el bloqueo”. Eso sí, al principio de su intervención, bromeó en homenaje a su anfitrión, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que revalidó su cargo en las municipales de mayo con un 70% de apoyo: “Yo no pido tanto”.

Sánchez se defendió de algunas críticas que se están haciendo desde Podemos y Ciudadanos a la supuesta intención de PSOE y PP de retornar al bipartidismo. “No rechazamos el multipartidismo, que haya más o menos opciones es voluntad de los ciudadanos”, admitió. “Cualquier opción es buena, es legítima; la única que no es legítima es el bloqueo político”.

El presidente del Gobierno también contestó gráficamente al portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, quien dijo que las llamadas “13 rosas” fusiladas en la Guerra Civil violaron y torturaron a partidarios del bando franquista. “No vamos a entrar en descalificaciones. La justicia, la reparación y la memoria no debilitan una democracia, la engrandecen”, postuló. Y acto seguido leyó los nombres de las trece mujeres, a lo que el auditorio respondió con un aplauso.

Sánchez no dejó pasar la ocasión para subrayar que Vox “ya es una amenaza real”, porque está en gobiernos locales del PP y Ciudadanos o apoyándolos. “La foto de Colón está institucionalizada”, coligió.

Él, por su parte, presumió de que el PSOE es el único partido que tiene la E de España en su logo, y quiso extrapolar la inicial para defender el empoderamiento de la mujer, la ecología, la educación, el empleo digno, la emancipación de los jóvenes y la empatía

Por último, Sánchez bromeó que uno de los avances más necesarios de la economía sería que el presidente de EEUU, Donald Trump, “no utilizarael twitter por la noche”, porque luego “nos despertamos con unos sobresaltos…”. El presidente verbalizó la posición ya fijada estos días por el Gobierno contra la amenaza de subida de aranceles a las exportaciones españolas a ese país. “Siempre he defendido las relaciones transatlánticas”, dijo, “pero, si hay atropellos arancelarios contra el sector agroalimentario, el Gobierno se pone del lado del sector agroalimentario”