Con motivo de la reunión del Cisns, en el que se abordará un informe realizado por el Grupo de Trabajo Técnico de Agresiones a Profesionales del SNS, Satse subrayó “la necesidad de que todas las administraciones sanitarias públicas trabajen de manera conjunta en evitar los cada vez más numerosos casos de agresiones físicas y verbales a los profesionales sanitarios, especialmente a las enfermeras y enfermeros”.

Para ello, el Sindicato entiende que el problema de las agresiones a los profesionales sanitarios es de tal magnitud que requiere una “acuerdo de Estado”, resultando claramente insuficiente que las distintas consejerías de Salud articulen planes o protocolos de actuación de ámbito autonómico.

Satse considera positivo que se esté trabajando entre el Ministerio de Sanidad y las consejerías autonómicas en el intercambio y recopilación de datos sobre las agresiones de cara a tener una radiografía más certera de lo que está ocurriendo en todo el Estado, pero entiende que hay que dar ya un paso adelante más ambicioso que comprometa a todas las administraciones públicas de manera inequívoca.

“Como recuerda el informe presentado hoy en el Consejo Interterritorial, hace ya veinte años que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó del alto riesgo de sufrir agresiones por parte de los profesionales sanitarios y aún estamos en la fase de recopilar datos para dar una mejor respuesta a este problema. Los profesionales no pueden seguir esperando más tiempo cuando está constatado que cada año aumenta el número de agresiones”, afirmaron desde la organización sindical.

Satse recordó que ha elaborado una propuesta de Ley contra las agresiones a los profesionales sanitarios, que contempla más de 50 medidas y acciones concretas para luchar contra la violencia en el ámbito sanitario, con la clara disposición de que el Gobierno central y/o los partidos políticos la hagan suya y en la próxima legislatura pueda ser una realidad.

Una norma, apuntó, que pone el énfasis en la prevención para que los casos de agresiones físicas o verbales a profesionales no se produzcan. “Hay que actuar y ayudar al profesional cuando ha sido agredido pero lo más importante es no tener que llegar a este punto nunca, haber sabido actuar contra todas las causas y condicionantes que producen un episodio violento en un centro sanitario o en el domicilio de un paciente”.