A juicio de la ministra “tan malo” es no estar “pendiente, vigilante, alerta” a los signos que la economía vaya mostrando “que estemos permanentemente parece que llamando a la crisis porque la economía tiene mucho que ver con la confianza”.

“Cuando se asusta por ejemplo el consumo interno, cuando los ciudadanos de tanto escuchar recesión o crisis dejan de consumir se producen realmente una bajada de la demanda interna y se puede conseguir, incluso, que bajen los indicadores económicos”, avisó durante un desayuno informativo de Radio Valencia SER.

Montero apeló a manejar la situación “con mucho equilibrio” y “decirle a los ciudadanos que pueden consumir, que no hay nubarrones en el horizonte” para que mantengan un comportamiento “normal” por el mismo bien de la economía ya que cuando el sector exterior flaquea es necesario “tirar” de la demanda interna.

A pesar de la revisión a la baja de los objetivos de crecimiento en una décima para 2019 y 2020, Montero subrayó el FMI ha coincidido con el Gobierno en fijarlo en el 2,1% para este ejercicio y en el 1,8% para el próximo.

Justificó el recorte en, principalmente, la actualización de los parámetros después del ajuste aplicado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) con la actualización de la Contabilidad Nacional de los últimos 23 años.

Montero admitió que hay datos “más positivos” y otros que “abundan en la dirección de enfriamiento”, pero reivindicó que el PIB crecerá aún “el doble que la zona euro” y con una composición en el crecimiento “bastante robusta”.

“Esto significa que estamos en mejores condiciones de afrontar este enfriamiento global”, defendió la ministra que apuntó el origen de ese enfriamiento a las incertidumbres internacionales como las tensiones comerciales entre EEUU y China, el Brexit o la recesión en Alemania.