Los embalses dejan atrás 23 semanas consecutivas a la baja después de que a mediados de mayo llegar al máximo anual del 60,7%, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica recogidos por Servimedia.

Posteriormente, la reserva fue descendiendo hasta situarse la semana pasada en un 39,8%, pero ese nivel ya ya sido superado hasta llegar al actual 40,3% después de una semana con precipitaciones en toda la península y con el valor máximo recogido en Reus (Tarragona), con 117,6 litros por metro cuadrado.

La serie estadística del departamento dirigido en funciones por Teresa Ribera refleja que el agua embalsada en España en esta 44ª semana de este año es la segunda más baja desde 1996 y sólo supera a la de 2017 (37,5%).

El máximo en la 44ª semana anual de la serie histórica, que comienza en 1990, se produjo en 2013 (66,5%), seguido de 2010 (65,0%) y 2014 (63,1%). Por el contrario, la sequía se sintió especialmente en 1995 (24,9%), 1994 (34,1%) y 2017 (37,5%).

Los niveles más altos de agua embalsada en la actualidad corresponden al Cantábrico Oriental (68,5%); las cuencas internas del País Vasco (66,7%); Galicia Costa (64,6%); el Cantábrico Occidental (62,5%); Tinto, Odiel y Piedras (62,0%); las cuencas internas de Cataluña (57,8%), y Miño-Sil (57,5%).

Por debajo de la mitad de la capacidad total están la cuenca mediterránea andaluza (49,4%), el Ebro (47,5%), el Guadalete-Barbate (45,5%), el Duero (41,4%), el Guadiana (37,8%), el Tajo (34,7%), el Guadalquivir (34,4%), el Júcar (30,0%) y el Segura (267%).