Ciudadanos se decanta por la continuidad inmediata tras la dimisión de Rivera

MADRID
SERVIMEDIA

La dirección de Ciudadanos que sigue en pie tras la dimisión de Albert Rivera como presidente parece decantarse por la continuidad, al menos en el corto plazo, según se desprende de las primeras decisiones tomadas y de cómo se está preparando la reunión del día 30 del Consejo General.

Tras la dimisión de Rivera el pasado lunes la confusión cundió entre muchos dirigentes y cuadros medios que desconocían las previsiones estatutarias en un supuesto con el que jamás contaron, un hundimiento electoral, de 57 a 10 diputados, que descabezara el partido y los dejara sin un liderazgo que era, hasta el mismo día de las elecciones, su principal activo.

En un estado de shock propiciado por los malos resultados y acrecentado por el discurso de despedida de Rivera, tardaron algunas horas en tener claros los pasos a dar: una reunión inminente del Consejo General, su máximo órgano de dirección entre asambleas, que sería el encargado de convocar una asamblea extraordinaria y de designar a una gestora encargada de dirigir el partido hasta ese cónclave.

Después fueron llegando los detalles: la asamblea no podría convocarse al menos hasta el 10 de marzo de 2020, porque los estatutos impiden que se pueda celebrar los cuatro meses anteriores ni los cuatro posteriores a cualquier proceso electoral en el que haya concurrido Ciudadanos. En ese escenario cobró especial relevancia la gestora, ya que estará varios meses al frente del partido.

Según los estatutos, la gestora está presidida por Manuel García Bofill, presidente del Consejo General, y tiene entre diez y quince miembros propuestos por él y que deben obtener el respaldo de dos tercios de ese organismo.

El Consejo General ya está convocado para el 30 de noviembre pero ya esta semana la cara visible del partido, quien ha verbalizado la posición de Ciudadanos ante el acuerdo del PSOE con Unidas Podemos para un gobierno de coalición, ha sido el secretario general, José Manuel Villegas, dejando claro que los secretarios ejecutivos siguen "en funciones" y que no hay ningún vacío de poder.

El partido está cerrando filas en torno a Inés Arrimadas como sucesora "natural" de Rivera, aunque ella de momento no se ha pronunciado y estudia el escenario y las circunstancias, no solo las políticas sino también y no en menor medida las personales, ya que durante la campaña se supo que está embarazada de su primer hijo.

Los actuales dirigentes de Ciudadanos no tienen ningún impedimento para formar parte de la gestora y son mayoría quienes creen que no pueden pasar meses hasta la asamblea sin que se visibilice un liderazgo claro en el partido y en el grupo parlamentario.

Por ello son muchos quienes abogan por la continuidad, y porque sean caras conocidas y "de peso" las que sigan siendo la voz de Ciudadanos, y señalan claramente a la propia Arrimadas y a Villegas, aunque este último ha dejado claro que su compromiso es hasta la asamblea y después tomará decisiones en función de los equipos que se vayan formando y los pasos que se vayan dando.

Sin embargo, aunque ese es el clamor mayoritario, también hay en Ciudadanos quienes creen que Arrimadas es su única opción de futuro pero precisan que los nuevos dirigentes del partido no pueden ser los mismos que lo han llevado de 57 a 10 diputados, y que más allá de la dimisión de Rivera no puede ser su núcleo de colaboradores más cercanos los que sigan al frente de la formación ni en la gestora ni después de la siguiente asamblea.

Confían, por ello, en que Arrimadas asuma el liderazgo pero lo haga rodeada de caras nuevas a las que no se pueda imputar responsabilidad en los errores politicos, estratégicos y de comunicación que, en su opinión, han llevado al partido a perder sus señas de identidad por dejar de ser "útil".

(SERVIMEDIA)
15 Nov 2019
CLC/gja