Álvarez (Santander) descarta la recesión salvo que la provoquen las guerras comerciales

- Ve difíciles las fusiones paneuropeas y pide que el fondo de garantía se mutualice “desde el primer momento”

MADRID
SERVIMEDIA

El consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, descartó este martes la recesión en la economía, “a menos que las guerras comerciales múltiples y la geopolítica empujen en esa dirección”.

Durante el ‘XV Encuentro del Sector Bancario’ organizado por el IESE con el patrocinio de EY, aseguró “no ver” el riesgo de una contracción del crecimiento o recesión del PIB “en las propias dinámicas de la economía”.

Más bien al contrario, elaboró que tanto la política monetaria como las fiscales imprimen efectos “expansivos” y supone un “freno importante” para que se entre en dicha fase contractiva.

Durante su intervención, atribuyó a cierta previsibilidad la “caída paulatina” del pulso en Europa, confesando, en contraste, sorpresa por “el gran desapalancamiento” que continúa experimentando la economía –desendeumiento de familias y empresas-.

“Seguimos viendo tanto en España como en Portugal el crédito cayendo”, relató, en contra de lo que se esperaba y con la única excepción del crédito al consumo, donde sí está aumentando, y frente a otras economías como Estados Unidos donde la financiación se ha demostrado “muy resistente”.

Al ser cuestionado sobre la banca y el sempiterno debate sobre la rentabilidad y el capital, Álvarez defendió de forma taxativa la necesidad de mejorar los resultados que se reportan al mercado por viabilidad de negocio.

INVERTIR EN UN BANCO RENTABLE CON POCO CAPITAL

“Si tuviera que poner dinero en un banco no rentable con más capital u otro rentable con menor capital yo probablemente lo pondría en uno más rentable con menos capital”, confesó. La razón que alegó es que la rentabilidad es garantía de supervivencia y es aval para enseñar a los inversores si en un momento determinado se tiene que apelar a su esfuerzo para recomponer la solvencia. “Si no ganas dinero no puedes llamar a los accionistas”, afirmó.

El banquero precisó que los ratios de la banca española se encuentran penalizados porque se utilizan modelos que toman de referencia para medir los riesgos y acopiar la hucha de recursos propios de los últimos 20 años, un periodo durante el que “en este país han pasado muchas cosas”.

Una fórmula para atajar esta situación reconoció que es economizar o bajar la estructura de costes. “La eficiencia nunca es suficiente”, admitió, si bien reivindicó que es una tarea en la que la banca española se ha afanado a fondo como lo prueba que haya echado el cierre a más de 20.000 sucursales y prescindido de 90.000 o 100.000 empleados durante la crisis.

En relación a las fusiones, el banquero se mostró escéptico sobre la posibilidad de que se produzcan a escala paneuropea al estar sin montar aún los mimbres regulatorios e institucionales que la harían factible.

A su juicio el primero o principal es que se cree un fondo de garantía común “mutualizado desde el principio”, frente a la versión que quiere imponer Alemania de un vehículo “no mutualizado del todo”. “Es una condición necesaria, no suficiente”, defendió.

Para montar una integración con ciertas garantías de éxito apuntó que debe contarse además con un marco regulatorio de protección del consumidor homogéneo, además de con una legislación sobre blanqueo de capitales y leyes de insolvencia comunes.

Lo normal en una integración es que dé la oportunidad de reducir la partida de costes entre un 30 y 40%, margen que permitiría pagar la prima del banco más pequeño, y algo que juzga hoy “muy difícil” con todas esas normativas diferentes por jurisdicciones. El Santander ha logrado elevar dichas sinergias al 60-70% con el Popular, según apuntó.

(SERVIMEDIA)
03 Dic 2019
ECR/EOM/pai