Organizaciones LGTB aplauden las condenas al grupo Pilla-Pilla por amenazas y ultraje a gays

MADRID
SERVIMEDIA

Fundación Triángulo y La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (Felgtb) celebraron este miércoles la sentencia que condena a cinco años y medio de prisión al líder del grupo de ideología neonazi Pilla-Pilla, Mikola Z, acusado de "ultrajar y amenazar" a tres hombres gays en 2013, por delitos contra la integridad moral y revelación de secretos con los agravantes de superioridad y homofobia. Otros cinco miembros del grupo han sido también condenados a penas que oscilan entre los nueve meses y los tres años.

En un comunicado, ambas entidades LGTB apuntaron que se trata de “una sentencia ejemplarizante contra la homofobia de la ultraderecha” y “un precedente muy importante”, ya que se trata de una de las primeras sentencias que recoge el daño colectivo causado a las personas LGTBI.

Movimiento contra la Intolerancia, que se personó como acusación particular junto a las anteriores, tachó las penas de "insuficientes".

Según los hechos probados, Mykola creó en 2013 el grupo Pilla-Pilla, inspirado en el movimiento ruso Okkupay Pedofilyay, que fue acusado de cometer agresiones físicas contra el colectivo gay. Este ciudadano de origen ucraniano captó a jóvenes de la ciudad de Granollers y su entorno con la intención de acosar a homosexuales, bajo el pretexto de perseguir la pederastia.

De hecho, el juez considera que el líder pretendía “hacer pasar por pederastas” a sus víctimas para “vincular homosexualidad y pederastia”, y no cree las explicaciones de Mykola sobre que buscaba un “cambio legal” respecto a la edad de consentimiento.

Mykola buscaba a sus víctimas a través de chats de contactos para hombres; les decía que tenía 17 años y mantenía con ellos conversaciones de contenido sexual. Después, los citaba para un encuentro personal, y cuando llegaban a la cita, las víctimas encontraban a Mykola junto a un nutrido grupo de jóvenes —entre 10 y 20— que las rodeaban: la cita resultaba ser una emboscada.

Mientras filmaban a las víctimas con sus teléfonos móviles, los acusados las obligaban a contestar preguntas “vejatorias” de tipo sexual, a enseñar su DNI y sus datos personales y a reconocer su condición de pederastas. De lo contrario, les impedían marcharse del lugar. Finalmente, Mykola editaba los vídeos con sus respuestas y los colgaba en Facebook dando a entender que habían “cazado” a un pederasta.

(SERVIMEDIA)
11 Dic 2019
AGQ/pai