La idea española, según informaron fuentes diplomáticas, es que los sistemas sanitarios de la UE sean sometidos a pruebas similares a las que se llevaron a cabo en la banca con motivo de la crisis financiera.

En 2009 se detectó que algunas entidades financieras eran lo suficientemente vulnerables como para contaminar al conjunto del sistema productivo y a los propios países. Ello motivó que la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) pusiera en marcha ‘test de estrés’, consistentes en calcular la capacidad de respuesta de los bancos a eventuales condiciones muy perjudiciales para, de este modo, determinar si cuentan con la capitalización necesaria para enfrentarse a una crisis súbita.

España cree pertinente llevar a cabo una evaluación conjunta de los sistemas sanitarios de los Estados miembro, pilotada desde la UE, para conocer cuáles son las necesidades mínimas que desde lo farmacéutico, lo hospitalario y en materia de personal necesitarían para resistir una crisis de la envergadura de la actual.

A pesar de ello, la intención es que esas pruebas de resistencia a los sistemas sanitarios comunitarios no se realicen hasta superada la actual crisis del Covid-19, ya que no tendría sentido hacerlo antes.

El secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba, ha planteado esta posibilidad a sus homólogas francesa y portuguesa, siendo la acogida, según estas fuentes, positiva, no descartándose que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ponga sobre la mesa en la reunión del Consejo Europeo del próximo 23 de abril.