Laboral

El Banco de España constata que la crisis del 2008 trajo un “empeoramiento” generalizado de los salarios y una mayor rotación laboral

- Alerta sobre el empeoramiento que han sufrido las rentas laborales percibidas por los más jóvenes en los últimos años frente a las generaciones anteriores

MADRID
SERVIMEDIA

El Banco de España constata que la crisis del 2008 provocó un “empeoramiento” de las rentas laborales anuales, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, y una mayor rotación laboral entre aquellos que además cuentan con contratos temporales.

Son conclusiones de un artículo analítico divulgado este lunes y donde sus autores analizan las posibilidades laborales de las nuevas generaciones, tomando de base las que disfrutaban generaciones anteriores cuando estas tenían una edad similar en función de sus salarios, el tiempo real trabajado y la temporalidad de los contratos.

El análisis revela que los salarios reales medios percibidos a cada edad por los trabajadores más cualificados “han caído a lo largo de las distintas generaciones, mientras que apenas han variado en el caso de los trabajadores de menor cualificación”.

Cuando se combina la información sobre salarios con el tiempo efectivo trabajado, advierte de que “las rentas anuales medias han disminuido recientemente de forma generalizada”, si bien esto “parece tener un cierto componente cíclico”.

Según el estudio, con anterioridad a la crisis de 2008, los salarios medios mensuales que obtenían los trabajadores antes de cumplir los 30 años “eran similares a los recibidos por las generaciones anteriores, e incluso algo mayores en el caso de los trabajadores de baja cualificación”.

“Sin embargo, con la llegada de la crisis económica en 2008 y en años posteriores, los salarios medios dejaron de crecer con la misma intensidad ante incrementos de la experiencia, un fenómeno generalizado entre todas las generaciones y niveles educativos”, alerta el Banco de España.

No en vano el estudio sostiene que los salarios medios mensuales “presentaban una estabilidad intergeneracional “bastante marcada, tan solo rota por ligeras subidas en el caso de los jóvenes menos formados y pequeñas bajadas en los trabajadores de mediana edad más cualificados”

A partir del estallido de la crisis, la moderación salarial “afectó a todos los grupos, pero con una intensidad desigual, de modo que, desde entonces, resulta más significativa la disminución de salarios medios percibidos por los trabajadores altamente cualificados”, apunta el informe.

El estudio desmiente, sin embargo, que se haya acentuado la precariedad laboral a lo largo del tiempo y concluye que “las generaciones más jóvenes se enfrentan a una temporalidad ligeramente menor”, aunque en aquellos casos con contratos temporales precisa que “sufren una mayor rotación” y la parcialidad “ha acelerado su ritmo de avance, especialmente entre los jóvenes con estudios medios y bajos”.

Conforme a sus estadísticas, el uso de la contratación temporal en España se disparó a partir de su introducción con el Acuerdo Económico y Social en el año 1984 y hasta el 1993 “en todas las generaciones y para todos los niveles educativos y edades, fruto del cambio regulatorio” que lo posibilitaba, para estabilizarse después.

“Se puede concluir que, en términos de temporalidad, las nuevas generaciones no parecen enfrentarse a un mercado de trabajo más precario que las anteriores, ya que tanto la tasa de temporalidad que sufren al iniciar sus carreras como la edad a la que obtienen su primer contrato indefinido han ido cayendo progresivamente en las últimas décadas”, refiere.

Sin embargo, sí alerta de que dentro de los contratos temporales se ha producido una reducción de la duración media y si en el 2005 su vigencia para los trabajadores de menor cualificación era de entre cuatro y cinco meses, dependiendo de la edad, en el 2017 llegó “al entorno de los tres meses”.

También se ha reducido la duración de los contratos para los empleados con nivel alto de estudios, “con la excepción de los trabajadores de más edad, para los que oscila entre cinco y seis meses desde 2005”.

“Por tanto, en términos de parcialidad, sí parece haber una clara tendencia estructural hacia una menor duración de la jornada que afectaría a todos los grupos de edad y de nivel de educación. Además, en los últimos años esa tendencia se ha acelerado en las edades más tempranas, tanto para los menos formados como entre los jóvenes con estudios medios”, concluye.

(SERVIMEDIA)
25 Mayo 2020
ECR/mjg