Así lo precisó en rueda de prensa el director general de esta agencia de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien señaló que en cada uno de los últimos cinco días se han notificado a la OMS más de 100.000 casos de Covid y que en las Américas es donde sigue teniendo la mayor cantidad de casos notificados.

“Durante varias semanas, la cantidad de casos notificados cada día en las Américas ha sido superior al resto del mundo junto”, advirtió, al tiempo que insistió en que está “especialmente preocupado” por América central y del sur, área donde los países han ido experimentando una “aceleración” de la pandemia.

No obstante, también se refirió al aumento de positivos en el Mediterráneo oriental, sudeste asiático y África aunque las cifras en estas zonas son “mucho menores” y en Europa la cantidad de casos “sigue disminuyendo”.

La OMS sigue “trabajando” con las oficinas regionales y de país para “supervisar” la evolución de la pandémica, apoyar a los países para que puedan “responder y adaptarse a cada situación” gracias a sus “orientaciones” y sigue tratando de aportar las orientaciones técnicas “más novedosas y actualizadas partiendo de las evidencias más actualizadas” a la vez que continúa formando a millones de trabajadores de salud para aplicar estas orientaciones.

En paralelo, la agencia continúa “respondiendo” al nuevo brote de ébola en la ciudad de Mbandaka, en la República Democrática del Congo, donde se han detectado ocho casos, cuatro de los cuales han fallecido y el resto está recibiendo atención.

El último caso confirmado fue detectado en el entierro de uno de los primeros casos, a cientos de kilómetros de esta ciudad, lo que, a juicio del director general de la OMS, significa que hay dos zonas afectadas. En este sentido, anunció que este miércoles personal de la OMS se ha desplazado a esta ciudad con más de 3.600 dosis de la vacuna contra el ébola y 2.000 cartuchos para realizar test de laboratorios y subrayó que el gobierno está secuenciado el virus para ver si está relacionado con el brote de 2018.

Por su parte, con respecto al anuncio de Rusia de que ha aprobado para su venta el fármaco Avifavir como antiviral contra la Covid-19, la jefa científica de la OMS, Soumya Swaminathan, solo admitió conocer que el fármaco se va a administrar “muy pronto” en los hospitales rusos y dijo que la organización estará “encantada” de ver si hay fármacos que son “seguros y efectivos para los pacientes”.

Con respecto a la virulencia del virus, el director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, Michael Ryan, recordó que se trata de un virus “peligroso así como es ya”. “Todos los virus pueden evolucionar en un sentido o en otro, todos mutan y evolucionan”, abundó, al tiempo que subrayó que, por lo general, los virus “se adaptan para vivir con los humanos, que es el proceso natural de la evolución de un virus”.

“Hasta hoy no se ha visto ningún signo en su comportamiento que nos haga pensar que está cambiando en su naturaleza y que su dinámica de transmisión está cambiando o que su virulencia se está modificando pero estamos haciendo un seguimiento y es ya un virus peligroso”, concluyó.

En este sentido, la epidemióloga de la OMS María van Kerkhove explicó que ya hay más de 4.000 secuencias del virus disponibles y que los investigadores están observando “cambios normales” en este virus que se podrían “esperar a lo largo del tiempo”. “Ninguno de estos cambios indica que el virus en sí esté cambiando respecto a su capacidad de ser transmitido o generar enfermedades más graves”, advirtió.

Preguntada sobre la posibilidad de que, cuanto más se propague, más peligroso pueda convertirse, la experta se mostró a favor de esta tesis, convencida de que la población “se cansa y es muy difícil mantener al máximo todas las medidas y seguir siendo fuerte, estar atento, que gobiernos y población estén plenamente implicados”:

A su entender, las medidas de confinamiento “se tienen que ir retirando de una manera adecuada y progresiva”. “Puede ser que haya países en los que haya que reintroducir ciertas medidas y esto puede frustrar a la gente”, algo que consideró “completamente comprensible y podría hacer que el virus fuera más peligroso porque la gente se hace más complaciente”.

La epidemióloga llamó a “no dormirse en los laureles”, consciente de que estamos “lejos de haber terminado con esta situación”. “Debemos seguir practicando esa higiene, esa distancia social y que la gente se quede en casa si no se encuentra bien”, explicitó, para, a continuación, hacer un llamamiento a la “precaución” si bien estimó que en la actualidad el virus es “estable”.