Día Salud Mental

Las asociaciones alertan de que la salud mental “es la pariente pobre de la sanidad pública y arrastra graves deficiencias”

- En los últimos meses han aumentado los problemas de salud mental y ha habido un recrudecimiento de los síntomas en personas que ya los padecían

- Tras la pandemia, los trastornos mentales podrían incrementarse en torno a un 15% o un 20%.

MADRID
SERVIMEDIA

La crisis sanitaria provocada por el coronavirus devuelve las miradas a la importancia de cuidar la salud mental, un ámbito que el presidente de la Confederación Salud Mental España, Nel González Zapico, definió en declaraciones a Servimedia como “la pariente pobre de la sanidad pública”, que “arrastra desde hace muchos años graves deficiencias”.

Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora este sábado, desde la confederación señalan que la salud mental en España tiene una importante carencia de recursos económicos y personales, lo que denota una falta de atención y descuido a los pacientes que padecen algún tipo de problema psicológico o psiquiátrico.

Fue en el marco del Foro de Bruselas, como parte de la iniciativa ‘Headway 2020’, cuando se centraron las miradas en el bajo porcentaje de inversión dedicado a salud mental por parte de los países europeos, también en España, donde de cada 100 euros invertidos en salud solo cinco se destinan a salud mental.

Son datos que contrastan con el porcentaje de personas con algún tipo de trastorno mental. Según el Barómetro Juvenil de Vida y Salud del ProyectoScopio, casi un 30% de la juventud española entre 15 y 29 años, unos dos millones de jóvenes, afirma haber sufrido síntomas claros de algún tipo de trastorno.

Esto es un problema del que también ha ido alertando la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los últimos años, que estima que una de cada cuatro personas tendrá problemas de salud mental a lo largo de su vida.

En este sentido, la última Encuesta Nacional de Salud de España (Ense) –con datos de 2017–, reflejaba que más de una de cada diez personas de 15 y más años refirió haber sido diagnosticada de algún problema de salud mental (10,8%).

LA SALUD MENTAL Y LA PANDEMIA

Si bien son problemas que ya existían antes de una pandemia que está trastocando la vida de la población, Nel González Zapico manifestó a Servimedia que estos últimos meses ha habido un incremento de problemas en salud mental y un recrudecimiento de los síntomas en personas que ya los padecían.

“Sabemos que hubo gente que dijo ‘para estar en casa, mejor me quedo en la cama’ e incluso otras personas que dijeron ‘mira, que se vaya todo por la borda’. Aumentaron las tendencias de suicidio”, comenta el presidente de la onfederación.

Pero, como explica González Zapico, la situación de pandemia generó, no sólo situaciones patológicas o graves, sino también cuadros de ansiedad, estrés, miedo, depresión y ganas de quedarse en casa, derivados, entre otras cosas, de cuestiones como la convivencia, la falta de espacio personal o la incertidumbre provocada por la propia crisis sanitaria.

En este sentido, la Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes (Anpir), en un comunicado por el Día Mundial de la Salud Mental, recordó que, tras la pandemia, los trastornos mentales podrían incrementarse en torno a un 15% o 20%. Previsiones que preocupan dado que, como subrayan desde Anpir, el número de psicólogos clínicos en la sanidad pública ha sido hasta ahora insuficiente para cubrir la demanda de la población.

El presidente de la Confederación Salud Mental España advirtió que “vienen tiempos muy difíciles de crisis económica, desempleo, desahucios, que van a afectar a la salud mental de toda la población, generando problemas o agravando los ya existentes”.

Insiste, además, en que “no hay salud sin salud mental” y recuerda que la sociedad debe saber “que hay gente que lo está pasando mal, gente mayor, gente joven que no ve futuro, gente de mediana edad que se ve en la ruina económica, gente que tiene un temor razonable ante el futuro”.

Por este motivo, desde la confederación proponen enmarcar todo esto en dos premisas: la salud mental “es cosa de todos” y para ello hay que educar a la sociedad, y, por otra parte, la salud mental y el bienestar “deben ser una prioridad en la agenda política” para que se generen estrategias, se asignen recursos y se cuide adecuadamente a la población.

CENTRO DE SALUD MENTAL

La pandemia no solo ha afectado el estado de la población en el ámbito domiciliario y ambulatorio, sino también en lo referido a los centros residenciales de salud mental que, en los últimos meses, al igual que otras instituciones, han tenido que llevar a cabo medidas de restricción para evitar contagios entre pacientes.

Este es el caso del Centro SJD de Ciempozuelos, donde, entre otros servicios, atienden a unos 400 pacientes de entre los 18 y los 65 años con patologías como esquizofrenia, trastorno bipolar grave o trastorno de personalidad grave y a los que tuvieron que aislar por unidades y subunidades durante la pandemia como medida preventiva.

A pesar de que se interrumpieron las salidas del centro y las visitas de familiares, Álvaro Pico, psiquiatra y director médico del centro, aseguró que la respuesta de los pacientes en la primera oleada fue muy positiva porque fueron capaces de adaptarse a todos los cambios “para sorpresa de todos”.

“Utilizamos tablets, videollamadas, teléfonos… tanto para mantener la comunicación con los familiares como para ayudar a los familiares”, señaló Pico, quien añadió que “fue una dinámica bastante compleja durante los meses de marzo, abril y mayo”.

Confiesa que con el paso de los meses y la persistencia de la pandemia se ha observado “cierto degradamiento de los cuadros que son muy cronificados” y, en algunos casos, “con ciertas descompensaciones” debido, sobre todo, a “tanto tiempo de restricción”.

“Son personas tan vulnerables, que ahora lo son aún más”, comenta Pico, que recuerda la dureza de pacientes del centro que se contagiaron de coronavirus y la sensación que sufrieron de mayor aislamiento.

El director del centro insiste en que las personas que tienen un diagnóstico de enfermedad mental o de trastorno mental grave, sobre todo, son personas a las que muchas veces se les quita la voz e insiste en que “tenemos que escucharlos”. Pide escuchar a estos pacientes, darles voz e, independientemente de velar por su salud, dotarles de toda la autonomía que puedan tener para tomar decisiones.

(SERVIMEDIA)
10 Oct 2020
IAR/gja/man