En su turno de réplica en el debate de la prórroga del estado de alarma, Arrimadas cargó contra el “presidente accidental” del Congreso, el socialista Gómez de Celis, por cortarle la palabra en su primera intervención justo cuando se hacía eco de un manifiesto firmado por miles de científicos.

Esa actitud es reflejo de lo que ocurre en el país, denunció, que se corta el micrófono cuando se da voz a los expertos, y se deja hablar a quien insulta. Gómez de Celis la interrumpió desde la Presidencia para precisar que se había pasado con creces de su tiempo, y para pedirle que no debatiera con la Mesa. Le reprochó, además, las “gruesas” palabras que había dedicado a los miembros de la Mesa al abandonar la tribuna.

Acto seguido, Arrimadas acusó al Gobierno de estar más preocupado por la comunicación que por la gestión, y por no desgastar a Sánchez que por no desgastar a los sanitarios, dejando la gestión “en manos de un experto en comunicación”.