Ambas entidades recogen esta propuesta en el informe 'Las carreteras de la muerte para el lobo ibérico', presentado en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid. El estudio identifica los 50 tramos de carretera con más evidencias de lobos atropellados o con mayor densidad de esa especie y que, por el trazado de las vías, suponen un elevado riesgo de mortalidad para este mamífero.

El informe incluye un mapa con esos 50 tramos de carretera sin determinar exactamente el punto kilométrico con el fin de proteger las zonas más sensibles del lobo ibérico. Lobo Marley y el OS pretenden actualizar ese mapa cada año con evidencias y testimonios basados en la ciencia ciudadana.

En una primera aproximación, se detallan más de 1.000 kilómetros de carreteras que deberían ser señalizadas. Los atropellos en Segovia, Soria, Madrid y Cantabria son claves porque dificultan la dispersión del lobo hacia otras áreas aptas de distribución. En la N-630 (Benavente-Zamora) se han localizado 20 ejemplares atropellados, por 16 en la N-110 (Segovia) y 10 en la A-1 a la altura de la Sierra de Guadarrama (Madrid y Segovia).

Según Lobo Marley y el OS, el lobo ibérico muere "tanto 'legalmente' como ilegalmente" tanto al norte como al sur del río Duero "por las administraciones regionales, cazadores y furtivos", al tiempo que "se sigue envenenando y siguen existiendo otros factores de muerte no natural, como los atropellos". "Las carreteras siguen siendo un factor determinante en la desaparición de individuos de esta especie", añaden.

‘ECODUCTOS’

El informe propone a la DGT una señalética especial con la silueta de un lobo en medio de una señal de peligro (triangular con el borde rojo y el fondo blanco). Ya hay señales similares para alertar de la posible presencia de lince ibérico en algunos tramos de carretera.

Otras peticiones son la realización de 'ecoductos' o pasos de fauna para minimizar la muerte de ejemplares de esta especie u otras de vertebrados de mayor tamaño y la inclusión del lobo en el Catálogo de Especies Amenazadas.

El presidente de Lobo Marley, Luis Miguel Domínguez, destacó la importancia de "señalizar de una forma adecuada las zonas de mayor riesgo de atropello con el objeto de disminuir el riesgo para todos" y remarcó que el lobo es una especie "estrictamente protegida" en Portugal.

Por su parte Raúl Estévez, experto en sistemas de información geográfica (GIS) del OS incidió en que “existen auténticos agujeros negros para la conservación de la especie en las carreteras españolas, que existen zonas de elevada densidad de atropellos”.

Finalmente, Fernando Prieto, también del Observatorio de Sostenibilidad, abundó en “la necesidad de diseñar grandes 'ecoductos' o pasos de fauna para que no se fragmenten las poblaciones de los grandes vertebrados y en especial de estas especies emblemáticas como el lince, el lobo o el oso”. “No se puede hablar de conservación de la biodiversidad en España mientras se sigan matando lobos, siendo la asignatura pendiente de la conservación de la naturaleza en España”.