Según anunciaron los responsables de Cruz Roja, este año, el programa acogerá a unas 200 personas y se duplicarán las plazas para los afectados por la enfermedad de Alzheimer (40 plazas). El resto estará ocupado por persons con problemas de desarraigo familiar o que padecen situaciones de desestructuración de la convivencia familiar.

El gobierno navarro financiará la iniciativa y un equipo integrado por un trabajador social, tres animadores socioculturales, once monitores auxiliares de clínica o enfermería, un médico en prácticas, un alumno en prácticas de Geriatría, otro en prácticas de animador sociocultural, un objetor de conciencia, una cocinera y dos auxiliares del servicio de limpieza, será el encargado de gestioar el servicio.

Tras la experiencia del pasado año, los responsables del Cruz Roja, consideran que los beneficiarios del programa reaccionan con euforia y vitalidad, producidas por el cambio del lugar habitual de residencia. Entre otros resultados obtenidos, destacaron el aumento de movilidad y de apetito, el reforzamiento de la autoestima y el mayor nivel de participación y colaboración espontánea en las diferentes actividades.