Así se refleja en las conclusiones del estudio, en cuya presentación participó el secretario de Estado de Turismo y presidente de Turespaña, Fernando Valdés, quien apuntó a la diversificación y la desestacionalización como objetivos en los que avanzar por parte del sector turístico español.

Valdés resaltó la “resiliencia y fortaleza” de España como destino internacional y afirmó que, debido a su condición como “país referencia en materia turística”, cabe esperar “una cierta estabilidad y recuperación vigorosa” una vez se recuperen los flujos internacionales con el control paulatino de la pandemia de Covid-19, cuyos efectos indicó que “van a ser muy profundos y persistentes todavía a principios de 2021”.

A este respecto, el secretario de Estado indicó que la situación actual debe servir para “acelerar muchos de los retos que sabíamos que tenía el sector turístico”, como una “mayor diversificación” que atienda la “disponibilidad para salir del producto de sol y playa”, potenciando los recursos naturales, culturales y gastronómicos.

Para ello, subrayó, España modernizará el turismo mediante la inversión de unos 1.890 millones de euros en los próximos años en planes de sostenibilidad turística, para ahondar en este aspecto frente a la masificación.

Por su parte, el presidente del Real Instituto Elcano, Emilio Lamo de Espinosa, recordó que España es “una de las dos o tres grandes potencias turísticas” mundiales, junto a Estados Unidos y Francia, y que, tras recibir en 2019 más de 80 millones de turistas, en 2020 el dato “se desplomó” a los 20 millones debido a la pandemia de Covid-19, por lo que consideró “urgente aprovechar la coyuntura para un replanteamiento radical del sector”.

CONCLUSIONES

La encargada de presentar los resultados del estudio, elaborado a través de 17.300 entrevistas en 33 países (16 europeos y 17 de América y Asia), fue Carmen González, investigadora principal del Real Instituto Elcano, quien resaltó que “los precios españoles son muy competitivos” y que el sector “tiene un fuerte potencial de crecimiento diversificando su oferta más allá del turismo de playa y promoviendo nuevas localizaciones para disminuir la masificación”.

Así, por el lado negativo, indicó que “los turistas querrían encontrar mayor variedad de oferta, con destinos menos masificados, más rutas turísticas por entornos naturales diferentes a las playas y más oferta de rutas culturales”.

En concreto, según el estudio, los turistas dan a España una calificación de 8,3 puntos (en una escala de 0 a 10), siendo del 8,1 entre los turistas europeos, que dan más nota a otros destinos, y de 8,8 puntos entre los turistas americanos y asiáticos, mejorando la calificación que dan a otros destinos.

Según explicó González, el rasgo en el que España tiene más diferencia como reclamo de destino turístico respecto a otros países es como viaje de larga distancia “no interesado en otras culturas”, es decir, “puramente de ocio”, con una diferencia de más de 9 puntos sobre otros países, según las encuestas del estudio.

Así, para los turistas europeos los principales reclamos de España como destino turístico son sus playas (para el 17,1%) y el clima (16,8%), ambos por encima del peso que se les atribuye en otros destinos, y con la cultura (12,1%) en tercer lugar pero por debajo del 21,6% que significa en otros destinos.

En cuanto a los turistas americanos y asiáticos, la ‘cultura, patrimonio histórico o artístico’ es el principal reclamo (22,2%, por debajo del 27,8% de otros destinos), seguidos por la oferta gastronómica (13%), estilo de vida (12,4%) y entorno natural (11,2%), mientras que el clima y la playa son el principal reclamo sólo para un 4,7% y 6,7%, respectivamente.

Asimismo, el clima (22,4%, por encima del 15,6% de otros destinos) y la comida (16,6%, frente al 14,5% de otros destinos) son los principales elementos de satisfacción de España para los turistas europeos, mientras que para los turistas americanos y asiáticos son el entorno natural o cultural (23,4%), la comida y la oferta grastronómica (17,7%) y el clima (12%), los tres por encima en unos dos puntos sobre otros destinos.

En cuanto a las mayores causas de insatisfacción, para los turistas europeos son la masificación en el destino (23,8%, por encima del 10,3% que suponen para el resto de destinos), y el precio, para el 12,6%, pese a que se encuentra muy por debajo del 19,2% que considera este elemento como una insatisfacción en el caso de otros destinos. Entre los turistas americanos y asiáticos, el transporte supone insatisfacción en el 13,2% de los casos, por encima del 8,9% de otros destinos, mientras que la masificación baja al 11,8%, aunque por encima del 8,6% del resto de destinos.

Con todo ello, preguntados sobre sus preferencias como próximo destino turístico, entre los europeos España ocupa el tercer lugar con un 10,7%, por detrás del 12,6% de Grecia y el 12,3% de Italia, aunque González apuntó que esto se debe a que muchos ya han visitado España recientemente. Por su parte, entre los asiáticos y los americanos, España e Italia, empatados con un 19,8%, son la primera preferencia, seguidos por Francia, con un 14,6%.