Medio marino

El ruido de los humanos altera la vida en los océanos desde la Revolución Industrial

- Por el tráfico marítimo, la pesca y otras actividades industriales, según un estudio con participación del CSIC

MADRID
SERVIMEDIA

El paisaje sonoro de los océanos en la época geológica actual del Antropoceno es diferente al de la era preindustrial porque el ruido generado por las actividades humanas altera la vida en los océanos, desde los invertebrados hasta las ballenas.

Así lo asegura un equipo internacional de 25 científicos liderado por el español Carlos Duarte, de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá (Arabia Saudí) y en el que participó Víctor Eguíluz, investigador en el Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC-CSIC-UIB), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de las Islas Baleares.

El trabajo, publicado este jueves en la revista 'Science', contó con científicos de instituciones de Alemania, Arabia Saudí, Australia, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos y Reino Unido.

Se basa en una evaluación de más de 10.000 artículos científicos difundidos durante más de 40 años para concluir que los océanos son cada vez una cacofonía estridente a medida que prevalece la contaminación acústica procedente de actividades humanas.

Los autores señalan que el ruido causado por actividades humanas en el océano altera el comportamiento, la fisiología, la reproducción y, en casos extremos, incluso causa la muerte de los animales. Por ello, plantean que se considere un factor de estrés a escala mundial y proponen que se desarrollen políticas de gestión para mitigar sus efectos.

Desde los cantos de los cetáceos hasta el deshielo marino del Ártico, el coro natural de los océanos del mundo es interpretado por un vasto conjunto de sonidos geológicos (geofonía) y biológicos (biofonía). Sin embargo, los sonidos de las actividades humanas en alta mar se han sumado cada vez más en el último siglo, haciendo que los océanos de ahora sean mucho más ruidosos que nunca.

"Los animales marinos son sensibles al sonido, que utilizan como una señal sensorial prominente que guía todos los aspectos de su comportamiento y ecología. Debido a que el sonido viaja lejos y rápidamente bajo el agua, el paisaje sonoro cobra especial relevancia", señala Eguíluz.

ANTROPOFONÍA

Los océanos se han hecho considerablemente más ruidosos desde la Revolución Industrial. El tráfico marítimo, la exploración de recursos y el desarrollo de infraestructuras han incrementado la antropofonía (ruidos generados por las actividades humanas), mientras que la biofonía (sonidos de origen biológico) se han reducido debido a la caza, la pesca y la degradación de los ecosistemas, según apuntan los investigadores.

Las evidencias disponibles muestran que la antropofonía afecta a los animales marinos en múltiples niveles, como su comportamiento y fisiología y, en casos extremos, su supervivencia.

El cambio climático y otras presiones humanas han provocado el deterioro de hábitats, como los arrecifes de coral, las praderas marinas y los lechos de algas marinas, y han silenciado sonidos característicos que sirven de guía a las larvas de peces y a otras especies para encontrar sus hábitats.

El análisis de más de 10.000 artículos científicos lleva a Michelle Havlik, investigadora de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá, a indicar que "este esfuerzo sin precedentes ha demostrado la abrumadora evidencia de la prevalencia de los impactos del ruido provocado por el hombre en los animales marinos, hasta el punto de que no se puede ignorar la urgencia de tomar medidas".

“El océano profundo y oscuro es concebido como un ecosistema distante y remoto, incluso para los científicos marinos. Sin embargo, hace años, mientras escuchaba una grabación de hidrófonos adquirida en la costa oeste de Estados Unidos, me sorprendió escuchar claramente el sonido de la lluvia, cayendo sobre la superficie, como el sonido dominante en el entorno del océano profundo. Entonces me di cuenta de cuán conectada está acústicamente la superficie del océano, donde se genera la mayor parte del ruido humano, con las profundidades marinas”, comenta Carlos Duarte, líder del estudio.

SOLUCIONES

El estudio señala que el problema de la contaminación acústica se puede revertir de manera rápida y apunta como evidencia de ello lo ocurrido en los océanos durante el confinamiento de la sociedad provocado por la pandemia de Covid-19. Durante esas semanas los ruidos predominantes volvieron a ser los generados por los animales marinos.

Los autores proponen impulsar acciones de gestión para reducir los niveles de ruido en el océano, como fomentar el uso de nuevas tecnologías -disminuir el ruido de motores o de hélices, mejorar los materiales del casco de los barcos, el uso de motores eléctricos- o el impulso de medidas reglamentarias para reducir el ruido de los barcos comerciales bajo el agua, algo que desde 2014 promueve la Organización Marítima Internacional (OMI) a través de directrices voluntarias.

"Los paisajes sonoros del océano cambiantes se han convertido en el 'elefante en la habitación' olvidado del cambio oceánico global", escriben Duarte y sus colegas, que añaden: "En una era en la que las sociedades miran cada vez más a la 'economía azul' como una fuente de recursos y riqueza, es esencial que los paisajes sonoros del océano se gestionen de forma responsable para garantizar el uso sostenible del océano".

(SERVIMEDIA)
04 Feb 2021
MGR/clc