Estos 800.000 euros son el resultado de sumar 664.000 euros de indemnización para el bebé por sus lesiones y 136.000 euros para los padres por el daño moral.

Los hechos ocurrieron el 18 de enero de 2010, cuando una zaragozana que había llevado un embarazo de forma normal comenzó a tener contracciones. A las 11.00 horas acudió a la consulta privada de su ginecólogo, pues tenía dilatación de 3 centímetros, quien la derivó a una clínica privada de Zaragoza sobre las 13.00 horas.

Una vez en el paritorio, el bebé inició bradicardia (bajada de pulsaciones y falta de oxígeno), y el ginecólogo no estaba en el paritorio y no fue informado por la matrona del problema. Tampoco la matrona procedió a iniciar el parto, por lo que el bebé nació cuando llegó el ginecólogo, unos 20 minutos después de comenzar la bradicardia, según informó El Defensor del Paciente.

Como consecuencia de lo sucedido, el bebé sufre una encefalopatía hipóxico-isquémica, que conlleva múltiples lesiones permanentes para el resto de su vida (retraso mental, parálisis cerebral, espasticidad, epilepsia y ceguera), con declaración de minusvalía del 77% y grado 3 de dependencia; lo que conllevará la necesidad de atención continua, además de educación especializada cuando sea mayor, y de realizar obras de adaptación en la vivienda de los padres.

Cuando sucedieron los hechos, los padres acudieron a la asociación El Defensor Del Paciente, que interpuso una denuncia en los juzgados que inició un proceso penal. En dicho procedimiento judicial, la médico forense informó a favor de los padres, ante la evidencia de los 20 minutos en los que el bebé estuvo en bradicardia, informó la citada asociación.

Desde el punto de vista de las responsabilidades civiles, los padres han sido indemnizados con 800.000 euros, continuando el proceso judicial para determinar las responsabilidades penales a que hubiere lugar.