En la rueda de prensa posterior al encuentro, Jiménez se declaró muy satisfecha con la labor y la hoja de ruta que está desarrollando el Consejo, al que, atestiguó, cada vez más países reconocen como el legítimo representante del pueblo libio.

Reiterando su apuesta por mantener la presión sobre el régimen de Gadafi a la vez que se planea el escenario posterior, subrayó la importancia de financiar al Gobierno opositor y prometió estudiar todas las posibilidades en el marco de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Respecto a los bienes del régimen de Gadafi, anunció que hablará con el Ministerio de Economía y Hacienda para ver cómo se pueden utilizar como avales.

Por su parte, Jibril puso de relieve la importancia de la financiación indicando que el Consejo de Transición tiene que tener recursos para dar respuesta a las necesidades de los libios, porque de lo contrario "se difuminará". Apostó por la utilización como avales de los bienes del régimen de Gadafi, pero aclarando: "No es nuestro interés pedir que esos bienes bloqueados se transfieran a Libia".

Jibril reiteró que el abandono del dictador es la primera condición para iniciar negociaciones con sus partidarios, a quienes en todo caso recriminó el "crimen contra las futuras generaciones" que supone destruir las infraestructuras y la base económica del país a sabiendas de que no van a volver a controlarlo.

Colateralmente, el presidente del Consejo de Transición lanzó un guiño a las empresas españolas para que vuelvan a invertir en Libia y prometió "todas las facilidades" para permitirles reanudar las actividades que bloqueara el Gobierno de Gadafi. Particularmente, apuntó que en su conversación con Jiménez se abordó el papel futuro de la empresa Repsol.