Errejón denunció ese “masivo despliegue policial” y criticó el “doble rasero” porque “no hemos visto ese comportamiento policial ni las identificaciones en ninguna de las concentraciones de los últimos meses”.

Así lo trasladó en la rueda de prensa que ofreció en el Congreso con motivo de la Junta de Portavoces y en la indicó que está “preocupado” por cómo se desarrolló la celebración del “día de la mujer trabajadora” que fue un día “enrarecido y marcado por el doble rasero”.

Además de episodios como el del borrado del mural feminista en Madrid, otro hoy en Getafe, la agresión de un hombre a varias mujeres en Barcelona o la “anécdota ridícula” de los hombres que quitaron una pancarta en Murcia, Errejón denunció la actuación de la Policía en Madrid y se preguntó si Marlaska y la Delegación de Gobierno en la Comunidad van a multar a las mujeres que fueron identificadas. Por qué eso “solo se ha hecho contra el movimiento feminista”, se preguntó Errejón.

En este sentido, el diputado de Mas País advirtió que estos hechos no frenan la “ola” imparable del feminismo, porque es un movimiento transversal y “todos estos actos no son de fuerza, sino de impotencia y de derrota de los enemigos de la igualdad”. “No van a hacer retroceder el 8-M, la ola feminista y democrática en España es imparable”, remachó.

CHARLA MONTERO

Por otra parte, el diputado consideró como una “decisión muy grave” la que tomó la Comunidad de Madrid que preside la popular Isabel Díaz Ayuso de impedir una charla de la ministra de Igualdad, Irene Montero, en un colegio público, y que sienta un “precedente peligrosísimo”.

Errejón se preguntó por el “nivel de discusión y de crispación” que habría en la política ahora mismo si el próximo presidente de la Generalitat de Cataluña o el lehendakari vasco prohibiesen a un ministro del Gobierno celebrar un acto en su territorio.

Consideró que se trata de un “acto extraordinariamente grave” porque Montero “es ministra de todos los españoles, le parezca a Ayuso lo que le parezca”, y consideró que la presidenta madrileña es, precisamente, la “menos apropiada para hablar de adoctrinamiento” cuando está dejando aplicar el “pin medieval” y entregando “cada vez más trozos de nuestra educación pública y cívica” a los “fanáticos”.