González Pons defendió, en una entrevista en la Ser recogida por Servimedia, que el Papa es siempre “mensajero de paz y de buena voluntad”, y cualquier país está “orgulloso” de recibirle en una Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Por ello, entiende a quienes no compartan el objeto de la visita, pero le “sorprende” que se manifiesten contra el Papa y no contra otros jefes de Estado que no se caracterizan por la defensa de los derechos humanos, de la paz o de la democracia.

En su opinión, las protestas contra la visita del Papa tienen “mucho que ver” con la política del Gobierno en los últimos años, y ante la que reclamó “templar los ánimos” y respetar creencias, porque esa es “la clave del éxito en España”.

Muestra de esa política es, para González Pons, la decisión de la Delegación del Gobierno de permitir que la "marcha laica" pasara por la Puerta del Sol aun sabiendo “que iba a provocar la situación que provocó”, lo cual indica “de alguina manera complacencia con los que estaban manifestándose” y bucando que su protesta fuera escuchada “más alto de lo que en realidad representaban”.

González Pons cree que el Gobierno ha sido “titubeante” con la Iglesia Católica, “beligerante” en algunos momentos y con algunos asuntos, y tratando otras veces de “acercarse”, y con ello ha construido “un discurso muy de separación entre unos españoles y otros” y ha fulminado el discurso de la transición basado en la concordia, al que “necesitamos volver”.