Clima

Los veranos en Europa desde 2015 fueron los más secos en más de 2.000 años

- Según un nuevo estudio

MADRID
SERVIMEDIA

Las sequías veraniegas desde 2015 en Europa fueron las más severas de los últimos 2.110 años, debido probablemente a la crisis climática causada por los seres humanos y los cambios asociados a la corriente en chorro, esto es, un río atmosférico que avanza de oeste a este y separa las masas de aire frías y las cálidas.

Así se explica en un estudio realizado por 17 investigadores de instituciones de Alemania, Canadá, Chequia, Reino Unido, Suecia y Suiza, y publicado este lunes en la revista ‘Nature Geoscience’.

Los investigadores estudiaron las huellas químicas en robles europeos para reconstruir el clima veraniego durante 2.110 años y encontraron que las condiciones de sequía se intensificaron repentinamente desde 2015 y con mayor rapidez que en los dos últimos milenios.

Las recientes sequías de verano y las olas de calor en Europa han tenido consecuencias ecológicas y económicas devastadoras, que empeorarán a medida que el clima mundial siga calentándose, según los autores.

"Todos somos conscientes del cúmulo de veranos excepcionalmente calurosos y secos que hemos tenido en los últimos años, pero necesitábamos reconstrucciones precisas de las condiciones históricas para ver cómo estos extremos recientes se comparan con años anteriores", apunta Ulf Büntgen, del Departamento de Geografía de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y del Instituto Global de Cambio Climático de la Academia Checa de Ciencias, que añade: "Nuestros resultados muestran que lo que hemos experimentado en los últimos cinco veranos es extraordinario para Europa central, en términos de lo seco que ha sido consecutivamente".

La mayoría de los estudios que intentan reconstruir climas pasados están restringidos a la temperatura, pero los isótopos estables en los anillos de los árboles pueden proporcionar información anual sobre los cambios hidroclimáticos durante largos periodos de tiempo.

Büntgen y sus colegas de Alemania, Chequia y Suiza estudiaron más de 27.000 mediciones de relaciones isotópicas de carbono y oxígeno de 147 robles europeos vivos y muertos, que cubrían un periodo de 2.110 años. Las muestras procedían de restos arqueológicos, materiales de subfosiles, construcciones históricas y árboles vivos de lo que hoy es Chequia y partes del sureste de Baviera (Alemania).

"En general, nuestra comprensión es peor cuanto más atrás retrocedemos en el tiempo, ya que los conjuntos de datos que analizan las condiciones de sequía pasadas son raros", recalca Büntgen, especialista en dendrocronología, el estudio de datos del crecimiento de anillos de árboles.

Büntgen indica que, “sin embargo, los conocimientos antes de la época medieval son particularmente vitales porque nos permiten obtener una imagen más completa de las variaciones de sequía pasadas, que eran esenciales para el funcionamiento y la productividad de los ecosistemas y las sociedades”.

ISÓTOPOS DE CARBONO Y OXÍGENO

Para cada anillo de cada árbol, los investigadores extrajeron y analizaron isótopos de carbono y oxígeno de forma independiente, lo que les permitió construir el conjunto de datos más grande y detallado de las condiciones del hidroclima de verano en Europa central desde la época romana hasta la actualidad.

"Estos isótopos estables de anillo de árbol nos dan un archivo mucho más preciso para reconstruir las condiciones del hidroclima en áreas templadas, donde los estudios convencionales de anillos de árboles a menudo fallan", señala Jan Esper, de la Universidad de Maguncia (Alemania).

Los isótopos estables de anillo de árbol difieren de las medidas habituales de anillo de árbol de anchura de anillo y densidad de madera, ya que reflejan las condiciones físicas y las respuestas de los árboles en lugar del crecimiento neto del tallo.

"Mientras que los valores de carbono dependen de la actividad fotosintética, los valores de oxígeno se ven afectados por el agua de origen. Juntos, se correlacionan estrechamente con las condiciones de la temporada de crecimiento", indica Paolo Cherubini, del Instituto Federal de Investigación WSL en Birmensdorf (Suiza).

Durante los últimos 2.110 años, los datos de isótopos de anillo de árbol mostraron que había veranos muy húmedos, como los de los años 200, 720 y 1100, y otros muy secos, como los de 40, 590, 950 y 1510. No obstante, los resultados muestran que Europa se ha ido secando lentamente durante los últimos dos milenios.

Las muestras de 2015 a 2018, sin embargo, muestran que las condiciones de sequía en los últimos veranos superan con creces cualquier cosa en los 2.110 años. "Hemos visto una fuerte caída después de siglos de un declive lento y significativo, que es particularmente alarmante para la agricultura y la silvicultura", apunta Mirek Trnka, del Centro de Investigación CzechGlobe (Chequia), que agrega: “Un retroceso forestal sin precedentes en gran parte de Europa central corrobora nuestros resultados".

Los investigadores subrayan que el reciente cúmulo de veranos anormalmente secos es probablemente el resultado del calentamiento climático antropogénico y los cambios asociados en la posición de la corriente en chorro.

"El cambio climático no significa que se vuelva más seco en todas partes: algunos lugares pueden volverse más húmedos o fríos, pero las condiciones extremas serán más frecuentes, lo que podría ser devastador para la agricultura, los ecosistemas y las sociedades en su conjunto", concluye Büntgen.

(SERVIMEDIA)
15 Mar 2021
MGR/clc