En declaraciones a Servimedia, Balbino, médico jubilado de 70 años, explicó que tiene un 75% de discapacidad que no le permite moverse y que sufre desde hace casi veinte años, cuando tenía 51.

Por esa razón agradeció especialmente que dos profesionales de enfermería de Atención Primaria se hayan desplazado hasta su domicilio para administrarle un suero que, a partir de ahora, le permite vivir con tranquilidad, al sentirse protegido frente al virus.

En este sentido, Martínez lanzó un mensaje a las personas “reticentes” a inmunizarse, a quienes instó a hacer “más caso” a los expertos y no ser “tan atrevidas de dar lecciones sobre una cosa que, a lo mejor, desconocen totalmente”.

Junto a él, también fue vacunada su mujer, Pilar Serrano, de 69 años y que sufre problemas en las rodillas que le impiden caminar con normalidad y la mantienen en la cama la mayor parte del día, por lo que agradeció “muchísimo” la “deferencia” que, a su entender, ha tenido la administración regional para con pacientes como ella, que podrán ser inmunizados en su propio hogar.

ESPERANZA E ILUSIÓN

Tras recibir la inyección, ambos se mostraban muy contentos y expresaban la “esperanza e ilusión” que para ellos representa haber sido ya protegidos, conscientes de que, gracias a ese gesto, ahora se encuentran más cerca de poder abrazar a sus hijas y nietas y, sobre todo, de tener la posibilidad de hacerlo “sin miedo” a contagiarles y a ser contagiados.

En la misma línea, la madrileña Dolores Garrido, de 92 años de edad, que no pudo recibir la dosis en su momento porque cuando recibió la visita de las enfermeras que iban a inmunizarla no se encontraba en su hogar, confesó que tenía “ganas” de que llegara esta jornada y también expresó la “tranquilidad” que siente así como el “deseo” de volver a reunirse con su familia sin temor al virus.

De las aproximadamente 35.000 personas de este colectivo candidatas para recibir la vacuna en la Comunidad de Madrid, ya han sido inmunizadas 21.201 con primera dosis y 8.470 con segunda dosis, es decir, con la pauta completa, por lo que más del 60% de todas ellas ya ha recibido al menos una dosis.

Una gran parte de las personas incluidas en el grupo de grandes dependientes (Grupo 4 de la Estrategia de vacunación frente a Covid-19 en España) ya ha sido vacunada hasta ahora con dosis de Pfizer en sus centros de salud, en el caso de grandes dependientes con movilidad, o bien en sus domicilios cuando tienen la movilidad limitada.

Por lo que respecta a la de Janssen, la región ha recibido 20.900 de las 150.000 dosis de esta vacuna que ya ha recepcionado España con el fin de inmunizar a personas de entre 70 y 79 años y grandes dependientes y el hecho de que este suero requiera de una única dosis para generar protección permitirá culminar “en breve” la inmunización de este colectivo vulnerable en Madrid.

PROFESIONALES SANITARIOS

Y ello, gracias a enfermeros como Vanessa Bonivento, quien precisó que esta vacuna puede transportarse refrigerada a una temperatura de entre dos y ocho grados, lo cual facilita su inoculación en domicilios, si bien el dispositivo es complejo en su organización.

Esta profesional de atención primaria en la dirección asistencial noroeste de la Comunidad de Madrid recordó que la de Janssen es una vacuna intramuscular que se inyecta en el deltoides y que cada vial contiene cinco dosis de 0,5 mililitros que se “intentan” administrar en un periodo no superior a dos horas desde que es abierto.

Por lo que se refiere al operativo logístico necesario para trabajar con este tipo de vacunas, la directora asistencial médico de la Dirección Asistencial Noroeste de la Comunidad de Madrid, Soledad Holgado, puntualizó que se trata de un “proceso complejo por las características de conservación y de custodia que tienen”.

Así, explicó que cada día, a primera hora, llegan a cada una de las siete direcciones asistenciales de la Comunidad de Madrid todas las vacunas que se van a inocular esa jornada y cuyo número “va ajustado ya al de pacientes citados”, dado que no se pueden “perder dosis”.

Holgado subrayó el reto que supone para los profesionales sanitarios el proceso de inmunización tras meses de trabajo duro para combatir al virus, por lo que, dijo, este era un “momento esperado” también para todos ellos.