Ciencia

Un estudio concluye que la pirotecnia de las fiestas de Moros y Cristianos reduce el éxito reproductor del gorrión

MADRID
SERVIMEDIA

Un estudio realizado por las Universidades de Alicante y Valencia concluye que la población de gorriones juveniles disminuye en aquellas poblaciones que celebran sus fiestas de Moros y Cristianos durante la época de cría, debido al ruido generado por el uso de la pólvora, petardos y fuegos artificiales.

“A los gorriones les causa tal estrés que abandonan los nidos, dejan de incubar los huevos, de dar de comer a los pollos o estos se caen de los nidos”, aseguró Edgar Bernat-Ponce (del Institut Cavanilles de la Universitat de València), el autor de la investigación, junto a Germán Manuel López-Iborra, profesor del departamento de Ecología de la Universidad de Alicante, y José Antonio Gil-Delgado, también del Institut Cavanilles de la Universitat de València.

La investigación, titulada ‘La contaminación acústica de las fiestas tradicionales reduce la producción de juveniles de un ave bioindicadora urbana’, ha sido publicada por la revista internacional ‘Environmental Pollution’.

El estudio se ha realizado en diez poblaciones diferentes de la Comunidad Valenciana en la que se celebran fiestas de Moros y Cristianos, cinco lo hacen durante los meses de abril y mayo, cuando los gorriones están incubando sus huevos y criando a sus pollos, mientras que las otras lo hacen fuera de este periodo.

El trabajo de campo se ha realizado haciendo un conteo de los gorriones nacidos en un año, que se encontraban en un área de cien metros alrededor del recorrido de los principales actos festeros, 15 y 30 días después del fin de los actos.

Tras analizar los datos, la conclusión es clara “la contaminación acústica generada por el ruido de las fiestas en primavera reduce el número de juveniles de gorrión común”, afirmó el profesor López-Iborra, quien puntualizó que este estudio no pretende acabar con las fiestas de Moros y Cristianos, pero sí que debería servir para potenciar otras acciones que compensen la reducción de gorriones, mejorando el diseño de características del hábitat urbano que afectan a la biodiversidad, como el de los parques, por ejemplo utilizando siempre césped natural en lugar del artificial, o de los edificios, como el tipo y señalización de las cristaleras, que es una de las principales causas de muerte por impacto en las aves.

“Hay que mitigar este descenso de alguna manera, ser conscientes de la riqueza y la biodiversidad que hay en los pueblos y ciudades y hacer una planificación urbana en consecuencia”, concluyó el experto.

(SERVIMEDIA)
13 Mayo 2021
MAN/pai