Pese a que estaba prevista, la crisis de Gobierno ha sido mucho más profunda y de tal calado político que, como define algún miembro del Ejecutivo, supone un “movidón de ecuador de la legislatura”.

La trascendencia en los cambios se evidencia en la salida de, hasta ahora, tres pilares básicos de Sánchez en el Gobierno como eran Carmen Calvo, José Luis Ábalos e Ivan Redondo, cada uno en sus cometidos.

Esta enmienda a la organización gubernamental desde que Sánchez llegó en 2018 a la Moncloa se traduce en la desaparición de una vicepresidenta todopoderosa y encargada de la coordinación de todo el gabinete, de Ábalos como nexo con el partido por ser secretario de Organización del PSOE, y de Redondo como la sombra de Sánchez y la persona que marcaba la estrategia del presidente.

Apuesta Sánchez por el hasta ahora secretario general de Presidencia, Feliz Bolaños, uno de sus principales colaboradores, para que entre en el Consejo de Ministros al frente de la cartera de Presidencia y coordine la acción legislativa y parlamentaria del Gobierno. También es un fiel apoyo en el partido por cuanto Bolaños es el ‘padre’ de los estatutos que rigen en el PSOE y un dirigente presente en todas las negociaciones.

Para relevar a Redondo al frente del gabinete, gesto de Sánchez muy celebrado en muchos sectores del PSOE y de Ferraz, el presidente ha recuperado para la primera línea a Óscar López, actual presidente de Paradores.

Se traduce como un “victoria” del partido frente a Redondo, que siempre fue mal visto por algunos sectores del PSOE por cuanto no era militante y había trabajado para el PP, y la reactivación de Sánchez con el partido al optar por López, exsecretario de Organización y quien, junto a un entonces desconocido Sánchez, formó parte de lo que se llamó ‘los chicos de Pepe Blanco’ cuando éste controlaba el PSOE.

Además, según apuntan fuentes socialistas, en este giro también tiene que ver el actual ‘número dos’ de Organización y uno de los próximos a Sánchez, Santos Cerdán, y su relación con el todavía presidente de Paradores.

Sánchez se retrotrae al PSOE de 2016 con la designación de López, entonces portavoz del Senado, y, también, con la suma al Gobierno de Isabel Rodríguez, por entonces portavoz adjunta en el Congreso. La actual alcaldesa de Puertollano es la nueva ministra de Política Territorial y también la portavoz del Gobierno.

López y Rodríguez no solo no apoyaron a Sánchez en ninguna de las dos primarias disputadas para hacerse con el liderazgo del PSOE sino que ambos fueron activos en candidaturas oponentes (Eduardo Madina en 2014 y Óscar López y Susana Díaz en 2017).

Sánchez justificó la remodelación para que el Ejecutivo reciba un “nuevo impulso” para “consolidar la recuperación económica y la creación de empleo” y “gestionar la oportunidad” que suponen los fondos europeos, así como que “la modernización y una recuperación que debe ser más verde y digital y dar respuesta a las demandas de los más jóvenes y fortalecer la agenda feminista “.

Precisamente, el presidente no solo no ha tocado a ningún miembro del área económica, salvo al ministro de Transportes, sino que ha elevado a la Vicepresidencia primera a la responsable de la coordinación de la política económica del Gobierno, la ministra Nadia Calviño, lo que se entiende como un refuerzo de confianza al equipo económico del Gobierno.