En una actualización de su boletín de seguimiento de los aspectos económicos de la crisis del Covid, Fedea ve que la economía española “ha vuelto a la senda de la recuperación” en el segundo trimestre del año. Indica que el empleo asalariado efectivo aumentó en cinco puntos entre febrero y junio de 2021, marcando 96,8 puntos, cerca de los 100 que marcarían el retorno a los niveles de 2019. A esto se suma que, en el mismo periodo, el paro se redujo en 400.000 personas, la afiliación aumentó en 440.000 cotizantes y los trabajadores en ERTE bajaron a casi la mitad, hasta los 450.000 en junio. La tasa de desempleo efectivo se ha redujo en estos cuatro meses en 4,2 puntos, hasta el 18,6%.

También observa que tienden a “normalizarse” los indicadores de uso del tiempo y “comienzan a verse signos claros de recuperación en los ingresos públicos tras los fuertes descensos de 2020”, según Fedea. No obstante, la fundación advierte de que el gasto público sigue creciendo y eso “dificultará” la reducción del déficit.

Fedea recuerda que todavía quedan sectores y territorios “rezagados” en la recuperación como la hostelería y las actividades deportivas y de entretenimiento, con caídas de la ocupación efectiva con respecto a los niveles previos a la pandemia de entre el 20% y el 45%.

Por territorios, los peor parados están siendo Baleares y Canarias, que están todavía en torno a 15 puntos por debajo del nivel de empleo de 2019.

Sin embargo, Fedea apunta que “un factor preocupante” es el “fuerte repunte” de contagios debido a la extensión de la variante ‘delta’ del virus del Covid y a la relajación de las medidas preventivas que estamos experimentando en julio. “Aunque los contagios están concentrados entre la población joven y no suelen por tanto revestir una excesiva gravedad, su rápido aumento podría comprometer seriamente el regreso del turismo extranjero con efectos muy negativos para un sector ya muy tocado”, alerta.

Pese a ello, señala que las perspectivas a corto plazo son “positivas” y se prevé una “rápida recuperación de la actividad durante los próximos meses” ante la demanda embalsamada y la política expansiva.

De cara a los “riesgos” para esta recuperación, Fedea atisba que las condiciones financieras y de demanda se hagan más adversas con el cambio en la política sobre la deuda del Banco Central Europeo (BCE) y las medidas de consolidación fiscal de los gobiernos nacionales.

Fedea cree que se deben ir reorientando las políticas de la crisis ahora centradas en la protección. En este sentido, cree que “convendría ir pensando en la gradual eliminación de los ERTE y la supresión de las restricciones al despido impuestas durante la crisis, así como en la retirada de las medidas extraordinarias de protección a colectivos vulnerables en materia de suministros básicos y vivienda según se vaya desplegando el Ingreso Mínimo Vital”.

Sobre el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, ve “margen para la mejora” en inversiones y en reformas. Echa en falta en materia ambiental “una estrategia clara” para minimizar el coste de los objetivos de descarbonización e insta a la coordinación la formación con la inversión para digitalizar a las pymes.

Además, apunta que “sería importante aprovechar el margen presupuestario que el Plan ofrece, por vía directa o indirecta, para reforzar las ayudas a los sectores más afectados por la crisis con el fin de minimizar la pérdida de empresas viables”.

Fedea insiste en que el plan es “muy poco preciso” en lo que respecta a las grandes reformas como en pensiones o laboral y lamenta que “no cabe esperar grandes avances en el control de un gasto en pensiones que amenaza con dejarnos sin margen de actuación para afrontar otras prioridades, o en la necesaria flexibilización de nuestro mercado de trabajo”. Apela al diálogo con las fuerzas políticas para buscar “acuerdos amplios” en estas materias.